La cuesta del PRI rumbo al 2018

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, señala que ¿Qué tantas posibilidades tiene el PRI de ganar la gubernatura de Puebla en 2018?

En las actuales circunstancias diría que muy pocas y que ese desolador y pesimista escenario explica por qué algunos de sus ex dirigentes y principales cuadros han comenzado a coquetear con Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador.

Para revertir esta percepción que no es privativa del priísmo poblano, el CEN del PRI tendría que adelantarse a los tiempos y designar ya —ahora que muy pocos están interesados en pelear por la postulación— a su candidato a la gubernatura.

Muchas podrían ser las ventajas.

La primera es que los aspirantes del tricolor que hoy están dispuestos a correr el riesgo no son más de tres, y que el elegido tendría casi un año para meterse a reorganizar, reestructurar y unificar de fondo al partido con miras al 2018.

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Xelhua, el último ritual de RMV

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que el endiosamiento de Rafael Moreno Valle no tuvo límites. En su último acto como gobernador disfrutó con los únicos beneficiados de su sexenio, que no llegaron a un centenar, del espectáculo de luz y sonido a los pies de la gran pirámide de Cholula.

Los creadores de este “show”, por encargo del exgobernador, utilizaron la leyenda para hablar de un “Dios gigante” que le enseñó a los hombrecitos a construir una enorme pirámide que llegue al cielo y una gran ciudad con sus propias manos.

Quienes fuimos testigos de la enfermiza obsesión por las obras faraónicas de Rafael y de la creación de la nueva Ciudad Modelo, nos hace entender el porqué cerrar su sexenio con este espectáculo.

Créanme que tratándose de este personaje, no hay coincidencias.

Cada palabra y cada acción tiene un objetivo y en este caso decidió dejarnos este espectáculo multimedia (Video Mapping) que se presenta en la gran pirámide de Cholula, donde el texto es digno de un escribano de la edad media para que su majestad se sintiera halagado por todas las alabanzas, dándole la categoría de un semidiós.

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Lozano espía al gobierno de Gali por encargo de Moreno Valle

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que desde que Antonio Gali Fayad asumió el cargo de gobernador de Puebla, en todos sus actos públicos, no se le ha despegado Javier Lozano Alarcón. Esa presencia no solamente es resultado del carácter protagónico de este político, sino parece obedecer a que es una especie de espía del ex mandatario Rafael Moreno Valle Rosas para reportarle todas las actividades, reuniones y expresiones que haga el actual titular del Poder Ejecutivo, así como los miembros del gabinete.

Las posiciones que ocupa Lozano de ser jefe de la Oficina del Gobernador, vocero y titular de la Coordinación de Transparencia del gobierno son resultado de la fuerte y abrumadora presión que ejerció Rafael Moreno Valle sobre Antonio Gali Fayad para que el ex senador panista acabara incrustado en posiciones estratégicas de la nueva gestión.

El argumento que habría utilizado Moreno Valle es que Lozano se hará cargo de cuidar que camine correctamente el proyecto de convertir a la esposa del ex gobernador, Martha Erika Alonso, en la candidata del PAN para competir por la gubernatura en los comicios de 2018.

Quienes conocen de cerca lo que está pasando en el gobierno de Gali dicen que en realidad Lozano está siendo una especie de espía, de censor, de escrutador, de los movimientos del mandatario para que Rafael Moreno Valle siempre esté informado de las decisiones importantes en la cúpula del Poder Ejecutivo y de esa manera siga influyendo.

Por eso Lozano siempre está, en cada acto público, a la derecha de Gali o a tres o cuatro pasos del gobernador. Siempre está atento a lo que habla el mandatario o de quienes hablan con él. Sabe al derecho y al revés la agenda diaria del jefe del Poder Ejecutivo y con quiénes se reúne.

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El gabinete del amor

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que se conocieron en los tiempos recaudatorios del SAT.

Luego, fortalecieron vínculos en el Ayuntamiento de Puebla.

Uno como Secretario de Administración y otra como Tesorera.

Los dos tienen un solo jefe y amigo: Antonio Gali Fayad, quien los trae desde el SAT hasta su gobierno.

Rafael Ruiz Cordero y Arely Sánchez Negrete forman parte del gabinete del amor de Gali.

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Una farsa, la cruzada anticorrupción de RMV

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que el embate en contra de marinistas corruptos en el pasado sexenio, fue –por decir lo menos- convenenciero.

Mientras miles de trabajadores al servicio del estado fueron despedidos fulminantemente por supuestamente responder a los intereses del ex gobernador, a quienes de verdad sacaron un beneficio personal del cargo se les premió no sólo con la permanencia en el cargo, sino con sonados ascensos.

Así lo confirma la interesante investigación publicada por e-consulta, sobre la red de pagos fantasma de sueldos en la Secretaría de Finanzas y Administración, operada, entre otros, por Juan Alvarado Morfín, quien ya tenía una larga cola de actos de corrupción, cometidos en el sexenio de Mario Marín y tolerados por Rafael Moreno Valle y su grupo.

En este mismo espacio, a principios de 2011, le platiqué una interesante historia sobre este personaje, quien escaló en el organigrama morenovallista hasta alcanzar la Dirección de Recursos Humanos en la extinta Secretaría de Administración que encabezaba José Cabalán Macari Álvaro.

Alvarado Morfín fungió como subdirector de Recursos Humanos de la Secretaría de Finanzas en el sexenio de Marín, en donde fue uno de los más cercanos colaboradores y protegidos de Jorge Mendoza Velarde, quien era subsecretario de Administración de la dependencia.

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Teleférico y ciclopistas, las megaobras del morenovallismo menos valoradas: MAS DATA

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que el juicio de los poblanos a las megaobras morenovallistas que requirieron inversiones multimillonarias y contratación de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS), aunque son calificadas como la mejor herencia del morenovallismo, causan polémica por la utilidad social que general.

De acuerdo con un sondeo de la empresa MAS DATA, el teleférico y las ciclopistas que requirieron inversiones conjuntas por casi mil millones de pesos son las dos mega obras menos valoradas por los poblanos y que se traducen en una menor frecuencia de uso, mientras que la Estrella de Puebla se ha convertido en la más valorada, seguido de la red de hospitales públicos construidos o reconstruidos en los últimos seis años.

En el rubro de obras viales para la capital del estado, que incluye puentes, distribuidores y concreto hidráulico en las principales avenidas, la polémica es mucho mayor, ya que uno de cada tres encuestados cree que sólo se ven ‘bonitas’.

El apoyo a estas obras viales es minoritario, ya que apenas uno de cada diez entrevistados refiere que además de verse ‘bonitas’, redujeron tiempos de traslado. Uno de cada cuatro, a su vez, considera que no son útiles ni ‘bonitas’ ni redujeron tiempos de traslado.

El consenso hacia la utilidad de los macroproyectos es mínimo entre los poblanos, dado que 48 % de los encuestados considera que son poco útiles o sólo son de relumbrón para reforzar las aspiraciones presidenciales de Rafael Moreno Valle, mientras que 34 % tienen opiniones positivas porque las considera benéficas o porque cambiaron la imagen de Puebla.

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