Algo apesta en la Dirección de Recursos Humanos de la Secretaría de Finanzas

Rodofo Ruiz en su columnaLa Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que Oliver Ramos Gómez es un ex empleado del gobierno del estado que en 2013 dejó de laborar en la extinta Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordenamiento Territorial como educador ambiental en el Parque Flor de Bosque, para contratarse en una empresa privada.

El pasado 5 de enero tuvo necesidad de imprimir en línea su Registro Federal de Contribuyentes (RFC) para hacer algunos trámites y se percató que tenía notificaciones del Sistema de Administración Tributaria (SAT) por declaraciones pendientes de ingresos no reportados.

Según el SAT, él no sólo seguía laborando en el gobierno del estado, sino que entre septiembre y diciembre de 2015 percibió por concepto de sueldos más de 150 mil pesos.

La noticia por supuesto le preocupó, no sólo porque desde hace cuatro años se había separado de la administración pública estatal, sino porque de 2011 a 2013 en que laboró como educador ambiental nunca ganó más de ocho mil pesos mensuales. De dónde el SAT sacaba ahora que tenía un sueldo de 37 mil 500 pesos al mes.

En el SAT le dijeron que su situación tenía que aclararla primero en la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA) y ahí acudió.

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Gali y sus circunstancias

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en Intolerancia Diario, señala que el ascenso al poder de José Antonio Gali Fayad, que este día se ha convertido en gobernador constitucional del estado, prueba lo importante que pueden ser las circunstancias para encumbrar a un servidor público cuyos objetivos de vida estaban puestos en otro lado.

El nuevo mandatario arribó a la gestión de Rafael Moreno Valle sin intenciones de contender por un cargo de elección popular en el futuro, pero justo en ese sexenio, o gracias a él, fue presidente municipal de Puebla y ahora es gobernador.

Hace más de seis años, en el otoño de 2010, cuando la efervescencia política provocada por el triunfo del PAN sobre el PRI invadía cada rincón del estado dispuesto para la grilla y el trabajo postelectoral, Gali Fayad le ganaba la futura Secretaría de Infraestructura a Federico Bautista Alonso, un personaje también cercano a Moreno Valle que terminó como principal proyectista del gobierno.

Como miembro indiscutible del equipo de transición, con la certeza en la bolsa de que una vez arrancado el sexenio, en febrero de 2011, estaría rindiendo protesta como integrante del gabinete, Gali se dio por bien servido.

Entonces no se veía como candidato.

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El último suspiro morenovallista

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en El Sol de Puebla, señala que fueron seis años en que los poblanos vivimos y padecimos a un gobernador dispuesto a todo con tal de consolidar su obsesión personal de convertirse en presidente de la República.

Enumerar los excesos de Rafael Moreno Valle resulta tarea casi imposible, sin embargo, son muchos los adjetivos que lo describen como el peor mandatario de la historia, aquí algunos:

Asesino

Represor

Autoritario

Prepotente

Simulador

Mentiroso

Endeudador

Ambicioso

Cínico

Saqueador

Controlador

Decorador

Me llama la atención que de entre todos estos calificativos, no venga a mi mente el de transformador.

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Hasta el último momento Moreno Valle buscó opacar a su sucesor

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que el evento de sonido, luces, juegos pirotécnicos con que anoche Rafael Moreno Valle Rosas cerró su sexenio es un acto de megalomanía con el que rompió las formas, las reglas no escritas de urbanidad política y de equilibro del poder, ya que tuvo por propósito opacar al nuevo gobernador, Antonio Gali Fayad, y mandar el mensaje entre líneas de que él seguirá mandando en Puebla.

Este día será clave para saber qué tanto Moreno Valle dejará en plena libertad a su sucesor para encabezar el Poder Ejecutivo estatal.

Si Moreno Valle no adopta una actitud discreta, en segundo plano, sin tomar la palabra o robar la atención en el acto de protocolario en que Antonio Gali Fayad rendirá protesta como nuevo titular del Poder Ejecutivo –en un evento programado a las 12 del día en el Auditorio Metropolitano–, estará buscando dejar en claro que ha creado un maximato donde él seguirá tomando las decisiones en la gubernatura del estado.

Y estará rompiendo con las reglas no escritas de las transiciones de poder, en la cual el gobernante saliente se retira discretamente de los reflectores y deja que el nuevo mandatario sea la única voz, imagen y mando que prevalezcan.

A lo largo de sus seis años de mandato, Moreno Valle nunca respetó las reglas de urbanidad política. Siempre que acudió a los informes de gobierno del alcalde de la ciudad de Puebla tomaba la palabra para ser protagónico, ya que era quien daba el discurso más largo, hacía los anuncios más importantes, se movía a los largo de toda la escenografía oficial y minimizaba la participación del edil en turno.

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Y se fue con 8 escoltas

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, señala que Rafael Moreno Valle dejó el cargo de gobernador de Puebla, pero acompañado de 8 escoltas (cada uno con sueldo de 10 mil pesos mensuales) que por un lapso de 12 años serán pagados con dinero público. Si lo decide, el nuevo cacique regional, podrá disponer este servicio de forma vitalicia.

Esto lo aprobaron en 2012, los diputados locales de todos los partidos para dotar de la protección de guardias a los ex mandatarios poblanos por un periodo de 12 años.

Cada escolta recibirá un salario promedio de 10 mil pesos mensuales, por lo que al final de los doce años, el erario habrá gastado un promedio de 11 millones 520 mil pesos en los sueldos de los guardias, sin contar con los periodos adicionales.

La iniciativa propuesta por el entonces diputado local de Nueva Alianza, Héctor Alonso Granados, fue aprobada por la mayoría de los integrantes de la LVIII Legislatura.

El erario como caja chica.

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Coincidencias y diferencias del rito sucesorio poblano

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que el evento no demeritará, en nada, las altas expectativas que ha generado en el ámbito político y en la opinión pública local.

Ahí estarán todos: desde los incondicionales de siempre hasta los infaltables oportunistas de ocasión.

El discurso será impecable y cumplirá con los postulados básicos de la siempre complicada cortesía política: civilidad, mesura y la infaltable promesa de inclusión para todos aquellos que quieran sumar a la “transformación de Puebla”.

El auditorio responderá entusiasta, envolviendo en aplausos y vítores al nuevo tlatoani.

Como cada seis años, el gobernante en turno enfrentará su cita con el destino.

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Prólogo del nuevo gobierno: los que ya bailaron, que se sienten

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que las reglas escritas y no escritas del poder señalan que, inexorablemente: ¡Muerto el Rey, Viva el Rey!

Ni el régimen más longevo ni el más dictatorial, ni el más autoritario, sobrevive al paso del tiempo.

Por supuesto, en las monarquías, faraonazgos y dictaduras, el fin del poder coincide con el final de la vida física del tatiasca.

Si vivió mucho y era un buen rey, qué bueno.

Si vivió mucho y era un mal rey, pues qué malo.

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El Día más Esperado de Tony Gali

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que ¿En qué momento Tony Gali fue tocado por el demonio de la política?

Lo recuerdo de bigote en la Puebla levítica.

¿Qué sexenio era aquél?

El de Manuel Bartlett.

Las avenidas de Puebla estaban llenas de baches y de polvo.

Ni pensar en puentes o pasos a desnivel.

El mundo se dividía en el bellísimo Centro Histórico y Loma Bella.

De hecho, parafraseando al clásico, fuera del Centro Histórico todo era Loma Bella.

Bartlett hizo dos cosas para sentirse moderno:

Inventó un negocio jugoso que le da muchos dólares a la semana —Angelópolis— y construyó un “periférico ecológico” con materiales de pésima factura y sin acotamiento.

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