Foto: Ricardo Rodríguez / EsImagen
Obesidad infantil en Puebla crece 3%; prohibir “chatarra” no sirvió. Foto: Ricardo Rodríguez / EsImagen

La obesidad infantil en Puebla pasó del 26 al 29 por ciento de 2012 al 2016, durante la prohibición de comida chatarra en las escuelas, lo cual significa que la medida no funcionó porque fuera de las instituciones se siguen vendiendo dichos alimentos.

Así lo señaló Marcela de la Rosa Páez, investigadora en Nutrición Clínica de la Facultad de Medicina de la BUAP, quien sostuvo que esta problemática se debe a que los ayuntamientos y las autoridades escolares son “omisos” y permiten la instalación de puestos de dulces, botanas y refrescos fuera de las escuelas.

En entrevista con Ángulo 7, explicó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) hasta octubre del año pasado, 15 por ciento de los niños poblanos de entre 5 y 11 años padecía obesidad, mientras que el 14 por ciento de los que tienen entre 12 y 19 años tenía el mismo problema, lo cual significa que, en total, 29 por ciento de los menores de edad en Puebla tiene obesidad.

Y es que la misma encuesta señaló que en 2012, 14 por ciento de los niños del primer grupo de edad mencionado padecía esa enfermedad, por 12 por ciento de los del segundo grupo, que en ese año sumaron 26 por ciento.

El 26 de febrero de 2013, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó la reforma al artículo 3 Constitucional, Quinto Transitorio III, apartado C, el cual ordenó a la Secretaría de Educación Pública (SEP) “prohibir en todas las escuelas los alimentos que no favorezcan la salud de los educandos”, es decir, toda la comida chatarra.

Ley se cumplió “a medias”

Sin embargo, la especialista consideró que esto se cumplió “a medias”, pues aunque se dejaron de vender esos productos dentro de las instituciones, no se hizo nada con los vendedores ambulantes que a la hora de entrada y salida de los alumnos ofrecen dulces, papas fritas y bebidas azucaradas.

Por ejemplo, los “Lineamientos Generales para el Expendio y Distribución de Alimentos y Bebidas Preparados y Procesados en las Escuelas”, publicados en el DOF el 16 de mayo de 2014, señalan que “las autoridades educativas y sanitarias serán las encargadas de la difusión, la capacitación y la vigilancia” para inhibir el consumo de dichos productos dentro de las escuelas, pero no menciona nada sobre un radio circundante determinado afuera de ellas.

Incluso establece “prohibiciones y sanciones a los prestadores de servicios educativos que promuevan o propicien la preparación, expendio y distribución de alimentos en contravención a lo señalado en el Acuerdo”.

Empero, no detalla cuáles serán las multas, sino que únicamente dice que “se harán acreedores a las sanciones establecidas en el artículo 76 de la Ley General de Educación”, la cual solo aplica a servidores públicos, por lo que no contempla correctivos contra civiles que vendan alimentos chatarra dentro de las escuelas.

También, destaca que “los alimentos y bebidas procesadas sólo podrán expenderse un día a la semana, siendo el día viernes el permitido y deberán cumplir con los criterios nutrimentales presentados en el Anexo Único”, disponible para su consulta, así como el resto de los lineamientos en la página web de la Dirección de Promoción de la Secretaría de Salud federal.

Ante ello, De la Rosa Páez aseguró que la prohibición “no fue bien sustentada” desde un principio, aunque el titular de la SEP en ese momento, Emilio Chuayffet Chemor, presumió que con esta medida bajarían los índices de obesidad infantil.

Gobierno de RMV fue omiso

La académica también señaló que la administración del panista Rafael Moreno Valle –que inició en febrero de 2011 y concluyó este martes- también fue “omisa” ante el problema ya que no tomó medidas concretas para hacer valer la norma federal.

Incluso, es de destacar que el secretario de Salud estatal, Salvador Escobedo Zoletto, aseguró en noviembre que la obesidad “es un asunto cultural de los mexicanos, ya que es imposible cerrarles la boca para que no coman comida chatarra”.

En este sentido, De la Rosa Páez también afirmó que la SEP local, presidida por Patricia Vázquez del Mercado, fue “irresponsable” al no exigir a los ayuntamientos el garantizar la no venta de comida chatarra al menos a medio kilómetro de las escuelas.

Cabe mencionar que la obesidad es la segunda causa de muerte en México, pues conlleva a otras enfermedades, como hipertensión, diabetes melitus (DM) y problemas cardiacos.

Es por eso que la docente recomendó que los padres de familia también tomen medidas, ya que también son responsables de la problemática.

No dar dinero a los niños y enviarles un desayuno balanceado, que incluya fruta, cereal, gelatina o yogur y agua natural, así como vigilar que no consuman refrescos o frituras, puede ayudar a disminuir el sobrepeso y así combatir la obesidad, de acuerdo a la especialista.