Foto: Especial
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Para enfrentar la política hostil del presidente norteamericano Donald Trump, el gobierno de México debe abandonar el modelo neoliberal, dejar la dependencia económica, invertir en innovación y revalorar el mercado interno.

Así lo aseguró Misael González Ramírez, investigador de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP, quien sostuvo que “el liderazgo proteccionista” del nuevo presidente de los Estados Unidos “es una gran oportunidad” para México.

Esto porque le está permitiendo al gobierno mexicano “replantear” su economía interna, como bajar la importación de productos e impulsar la producción local, explicó el especialista en Relaciones Internacionales en entrevista con Ángulo 7.

Y es que señaló que a 22 años de la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan), México es el país que menos beneficios obtuvo, ya que se favoreció la instalación de empresas extranjeras y la importación de materias primas, con lo cual, el mercado mexicano se fue debilitando.

Asimismo, dijo que al comprar del exterior productos de primera necesidad como el maíz, los trabajadores mexicanos también perdieron su fuente de empleo, además de que el gobierno federal “se desentendió” del sector.

Neoliberalismo causó pobreza y desigualdad

Su opinión coincide con la de otros académicos, quienes han señalado que en los últimos 22 años emigraron del país más de 10 millones de habitantes por falta de oportunidades, de los cuales, 6 millones eran campesinos.

Por ello, también consideró que se debe abandonar la aplicación del modelo económico neoliberal, ya que a casi 40 años de su instauración solo ha favorecido la desigualdad  la pobreza en México.

Refirió que un “daño colateral” de la instauración del modelo económico neoliberal fue que la riqueza se fue concentrando en pocas manos.

Lo anterior porque explicó que durante el gobierno de José López Portillo –instaurador del modelo- (de 1976 a 1982) varias empresas del estado pasaron a ser privadas, con lo cual se crearon monopolios como en el sector de las comunicaciones (Telmex) y que hasta la fecha existen, como en el transporte con Ferrosur.

También en su sexenio se nacionalizó la banca, pero “favoreció” el enriquecimiento de algunas personas a costa de los mexicanos, que fueron quienes pagaron los 3 billones de pesos que dejó de deuda la expropiación.

Invertir en manufactura local

Otro desacierto de la aplicación del neoliberalismo en México, señaló González Ramírez, fue la dependencia del petróleo como principal fuente de ingresos, de la que precisamente López Portillo fue gestor.

A casi cuatro décadas de concentrar la economía en los hidrocarburos, México “tiene que dejar de depender de ellos”, aseguró el académico, pues crisis como la actual, en la que la moneda está devaluada debido a la depreciación del crudo, requiere de acciones alternas, como la inversión en energías renovables.

Para ello, abundó, es necesario invertir en innovación, ya que menos del 0.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a eso, cuando en las universidades hay cientos de proyectos de ciencias abandonados por falta de recursos.

Es así que el también coordinador del posgrado de Relaciones Internacionales y Derechos Humanos consideró que el presupuesto federal se debe dirigir a sectores en investigación, ciencia y tecnología para que el país deje de depender de la manufactura extranjera.

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