Enfocados totalmente en el problema político y económico que significa el alza a los precios de los hidrocarburos, sus derivados y las consecuencias que deja de forma colateral para todos y cada uno de los demás bienes y servicios de que requiera la sociedad para su funcionamiento, grupos casi casi fundamentalistas, encargados de extender el miedo, el terror y la zozobra, en días pasados salieron a las calles con el pretexto de la protesta y cometieron una serie de robos a comercios establecidos principalmente en tiendas departamentales.
Pero eso ha servido para desviar la atención de la ciudadanía en los asuntos de la agenda nacional que el presidente de la república debe llevar a cabo y que le sirven para descansar.
Al decir de los expertos los actos vandálicos, unos fueron impulsados por grupos políticos debidamente identificados, lo curioso del caso es que todos declaran que saben quién los impulsa, pero nadie los señala directamente con nombre y apellido a efecto de someterlos al imperio de la Ley, es muy fácil señalar a nuestro modo, pero sin comprometerse. Los otros fueron impulsados dicen, por grupos de criminales interesados en causar desestabilización entre los mexicanos, lo cierto es que tanto unos como otros son unos cobardes, emisarios del terror, y que con ello desvalijan la economía de quienes si trabajan arduaduamente por el bienestar de su familia.
La desestabilización es un punto neurálgico donde confluyen ambos grupos, también dicen orquestados desde el gobierno, nos preguntamos a cuanto apuesta el gobierno federal, por el engaño, por la mentira, por demostrar que no importa el criterio de los mexicanos, y que estamos obligados a aguantarnos a esa sarta de políticos tramposos que solamente medran con el presupuesto del erario público.
Y en medio de esa confusión, se expanden los tentáculos de comunicación criminal, que son muchos nexos, muy activos, el ejemplo lo vimos la semanas pasadas cómo en Tamaulipas, en la frontera del país, la violencia hizo presa a sus habitantes y pronto en los primeros días del año, varios muertos y varios actos vandálicos, hasta reuniones sociales, comidas donde se hicieron obsequios, llevaron a cabo criminales, y a todo ello, la policía, el mismo gobierno, ¿lo supo?
Por qué ahora hay que creer lo que expresan articulistas de diarios de renombre, que con seriedad y objetividad informan al pueblo de esas acciones, uno solamente cree en esa que debe ser verdad. Así como quitarle la palabra de los labios de Donald Trump contra México, cuando asegura su intolerancia en contra de nuestro país, y ¿cómo evitar su política demagógica proteccionista antiinmigrante?.
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