Bonos y notarías se entregan con discrecionalidad

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que una constante en el sexenio que está por concluir es el empleo faccioso de la Auditoría Superior del Estado (ASE) en la revisión de las cuentas públicas, la discrecionalidad con que el Congreso local aprueba o reformas leyes, y la forma veleidosa y hasta frívola con que éstas se aplican, según sea el caso.

Los ejemplos que podrían mencionarse son amplios. Baste recordar la llamada Ley Mondragón que modificó el Código Electoral para que el morenovallismo se hiciera del control del CDE del PAN, las reformas a la Ley de Deuda Pública para que los PPS no se contabilizaran como pasivos, los cambios a la Ley Orgánica de la Administración Pública para separar a las secretarías de Finanzas y Administración y luego para volverlas a juntar, y las recientes reformas que impidieron el arribo de Norma Estela Pimentel Jiménez a la presidencia de la Comisión para el Acceso de la Información Pública (CAIP) o la designación de un nuevo comisionado en sustitución de José Luis Javier Fregoso Sánchez.

Los ejemplos, en verdad, son vastos.

Sin embargo, vale la pena detenerse en dos casos que son realmente paradigmáticos del uso faccioso de la Auditoría Superior del Estado y la Comisión Inspectora de la ASE, y de cómo las leyes en Puebla se emplean según la conveniencia de quien la aplica o a quién se trate de beneficiar o perjudicar.

El primer caso está relacionado con los bonos que los gobiernos suelen entregar a sus funcionarios y empleados de confianza al concluir una gestión o a fin de año. Esta es una de las observaciones o cargos que se hizo al ex alcalde Eduardo Rivera Pérez y no pudo solventar en su cuenta pública de 2013 y por la cual la Auditoría y el Congreso le iniciaron un procedimiento de responsabilidades.

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Estefan vs Lastiri, crisis social en Teziutlán y trascendidos de la SGG

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que Jorge Estefan Chidiac y Juan Carlos Lastiri Quirós ahondaron sus diferencias en el paso de un año a otro. Si les pregunta lo van a negar, en público, pero ambos personajes tricolores sumaron nuevas controversias a su ya de por sí maltrecha relación.

El presidente estatal del PRI, aspirante al Senado de la República, apuesta que la hiperactividad mostrada recientemente en medios de comunicación por parte de Juan Manuel Vega Rayet tiene su origen en una bien planeada estrategia política lanzada desde la oficina de Lastiri, con el propósito de minarlo a él.

Es decir, que si el delegado de la Sedesol ha salido a decir que solo hay cinco aspirantes reales al gobierno del estado, para la elección de 2018, entre los que figuran Lastiri y el propio Vega, por supuesto, y a desacreditar las capacidades de liderazgo del Comité Directivo Estatal, es porque así se lo ha mandado el subordinado de Rosario Robles en la Sedatu.

Eso es lo que piensa Estefan de Lastiri y Vega.

Pero en sentido contrario también hay recriminaciones.

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“Moreno Valle nos tiene hasta la madre”

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que a 22 días de que el gobernador Moreno Valle deje el cargo, mucho debe preocuparle el hartazgo que los poblanos mostraron y manifestaron en la marcha del sábado pasado.

Independientemente de que el gasolinazo tuviera como principal objetivo repudiar a Peña Nieto, convertido hoy en el payaso de las cachetadas, en Puebla también se sintió la rabia en contra del Señor de Los Cerros.

El grito de “Moreno Valle nos tiene hasta la madre”, retumbó en el Zócalo de la ciudad capital, como parte de las muestras del sentir ciudadano.

Y sucede esto justo una semana antes de que Rafael rinda su último informe.

Y aunque este será en la plataforma de Audi, con miles de acarreados y en un escenario de fácil control, no hay que descartar que mientras se realiza el ritual en San José Chiapa, en Puebla se repitan manifestaciones multitudinarias en contra del tirano.

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Latente, la amenaza del morenovallismo de demandar a un grupo de periodistas incómodos

Aldo Bonanni en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que la venganza está siendo el sello distintivo del cierre del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, razón por la cual tres periodistas ya han interpuesto amparos ante el trascendido de que sigue el interés de iniciar demandas contra un importante grupo de directivos de medios de comunicación o columnistas que fueron incómodos para la administración morenovallista. Se sabe que son 10 los comunicadores en la lista de los que posiblemente sean objeto de la revancha final del actual titular del Poder Ejecutivo.

Una muestra clara de ese comportamiento es, sin duda, el encarcelamiento del ex secretario del Medio Ambiente Francisco Castillo Montemayor; el inicio de un proceso administrativo contra el ex alcalde capitalino Eduardo Rivera Pérez; la destitución de la presidente de Tehuacán, Ernestina Fernández, así como la negativa de darle prisión domiciliaria al líder de la 28 de Octubre, Rubén Sarabia Sánchez, cuya edad avanzada y estado delicado de salud demanda que se le otorgue dicho beneficio, pero hay una negativa de la Secretaría General de Gobierno.

Los anteriores casos han ocurrido en la parte final del gobierno morenovallista y en todo estos asuntos no se perciben argumentos jurídicos firmes contra los agraviados, solo el afán de venganza por no haberse sometido al control del gobierno morenovallista.

Rafael Moreno Valle Rosas, a lo largo de la mayor parte de su gestión, dijo que iba a acabar, exterminar, a varios medios de comunicación –entre ellos a La Jornada de Oriente y el diario Intolerancia–, por lo que nada impide que busque concretar parcialmente su amenaza y aunque concluya su sexenio deje iniciados procesos civiles contra periodistas incómodos, ya que al final continuará en el cargo Víctor Carrancá, el fiscal general del estado, quien fue artífice de su política persecutoria contra quienes fueron sus críticos.

Se sabe que la estrategia que se podría seguir es que las demandas no serían presentadas por ninguna instancia oficial del Poder Ejecutivo. Se buscaría simular que son querellas ajenas al gobernador.

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Poblanos hartos de su góber

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que a unos días de dejar el cargo, Moreno Valle está convencido en haber sido el mejor gobernador de la historia de Puebla.

Los gritos de miles de poblanos que aprovecharon el pasado sábado la marcha contra el alza impune a la gasolina le demostraron que no, no es un mandatario querido ni respetado.

En la explanada del zócalo se coreó un espontáneo: “Moreno Valle nos tiene hasta la madre”, video que se viralizó en redes sociales.

Ninguna mano negra hubo detrás de la muestra ciudadana de rechazo a un mandatario que horas antes de la manifestación, se mantuvo ausente de la más grande crisis de gobernabilidad. Hasta el sábado por la tarde le prendieron las computadoras del C5 para presumir que monitoreaba la capital del estado.

Cientos de pandilleros y encapuchados empezaron la noche del jueves a saquear tiendas comerciales con la más absoluta impunidad.

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Rebelión priista por “gasolinazo”

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicad en Status Puebla, señala que no, ni de chiste, la sumisa posición mostrada por el Comité Ejecutivo Nacional del PRI en torno al aumento de precios de los combustibles, es compartida por toda la militancia tricolor.

La manifestaciones públicas de apoyo al gobierno federal, operadas directamente por los alfiles incondicionales del presidente Peña al interior de ese partido (Ochoa Reza, Gamboa Patrón, Ramírez Marín) indignaron hasta el hartazgo a otros liderazgos importantes del tricolor.

En la cuenta del PRI en Twitter, de manera por demás rápida y obsesiva, se garantizó el espaldarazo total y sin adjetivos a la alza de las gasolinas y la consecuente escalada inflacionaria que esto ocasionará en la economía nacional.

El mensaje fue contundente:

“Respaldamos a @EPN por esta medida responsable, que preserva la estabilidad de la economía de nuestro país (sic). #SomosPRI.”

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El sexenio que se nos acaba y el que se nos viene encima

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, indica que con apenas 22 días para entregar el poder formal de Casa Puebla y con el cierre del sexenio a la vista, Rafael Moreno Valle iniciará el juicio histórico a su gestión tan pronto abandone el poder. Este juicio se realizará durante el séptimo año de su gestión, el más peligroso, ya que se empalmará tanto con el desarrollo de sus aspiraciones presidenciales con el PAN, así como con el proyecto inédito de convertir al estado en un bastión con su apellido propio al impulsar la carrera de Martha Erika Alonso a la gubernatura. Si ‘Invernalia’ es de los Stark, Puebla es de los Moreno Valle.

Pero hasta ahora todo son sus supuestos. Se dice, en la lógica de las negociaciones, que solamente en caso de que Moreno Valle no obtuviera la candidatura presidencial, negociaría con quien la obtenga —Anaya o los Calderón— una senaduría por la vía plurinominal, además de la designación de su esposa como candidata a la gubernatura, así como para otro incondicional la alcaldía de Puebla capital, como pago a su respaldo y operación electoral.

Aunque en realidad, este parece ser el único camino en el que trabaja el morenovallismo como demuestra el procedimiento jurídico de responsabilidades iniciado al ex alcalde Eduardo Rivera Pérez en los últimos días del 2016, ya que al interior de Acción Nacional es el único personaje con el peso específico para disputar la candidatura mediante la aglutinación de personajes descontentos y traidores al sexenio que acaba. ¿Sin Lalo Rivera, qué otro personaje puede intentarlo?

El otro escenario parece lejano: de obtener la candidatura presidencial, Moreno Valle se llevaría a Martha Erika a la campaña presidencial, así como a todos sus operadores electorales y financieros, dejando el paso libre a una negociación con Margarita Zavala para permitir a Eduardo Rivera Pérez obtener la candidatura panista a Casa Puebla.

Ambos escenarios pasan por alto la opinión de Antonio Gali Fayad, a quien conoceremos verdaderamente a partir del 1 de febrero cuando comience a ejercer el poder a cabalidad. Si el apotegma de que el poder ‘apendeja’ a los inteligentes y vuelve locos a los pendejos, Gali mostrará de qué está hecho y cuáles son sus pautas y proyectos. Hasta ahora es una incógnita.

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El Marín que se fue en 2011, el Moreno Valle que se va

Mario Alberto Mejía en su columna La Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, señala que los últimos días de Mario Marín en el gobierno poblano fueron de espanto.

Humillado la mayor parte de su sexenio, convertido en un paria, vuelto hilachos, el entonces gobernador pasó enero de 2011 metido en el insomnio y el rechazo generalizado.

Difícilmente encontraremos un gobernante más repudiado en el siglo XX y en lo que va del siglo XXI.

Su lamentable affaire con Lydia Cacho lo llevó a las miasmas de la política, ahí donde sólo se puede huir por las puertas de servicio.

Su prensa abyecta y adicta no logró limpiarle el rostro.

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