Lejos de los actos multitudinarios,
los discursos políticos tienen otra lectura
Abel Pérez Rojas

Enrique Ochoa Reza, presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dijo en el VI Consejo Político Nacional de ese instituto que está seguro de que van a ganar las elecciones de 2018, “porque el PRI unido es invencible”.

Alimentar sus esperanzas de que el partido tricolor permanezca en el poder otros seis años, pareciera sólo una arenga motivacional de alguien que en ese momento está arropado por sus correligionarios y por la presencia del presidente Enrique Peña Nieto. Pero que fuera de ahí no se ve cómo eso pueda hacerse realidad.

Decir que “el PRI unido es invencible” es una condición que se ve sumamente fragmentada en las decisiones y acontecimientos que han marcado al sexenio.

¿Hasta dónde está unido el PRI en estos momentos?

Tal vez en estos momentos la unidad que se busca pende de delgados hilos… sólo un par botones para ejemplificar lo anterior.

A mediados de este año Manlio Fabio Beltrones renunció al cargo de presidente nacional del PRI motivado por los desacuerdos que tuvo con las decisiones que se tomaron desde Los Pinos y que, a la postre, en gran medida provocaron los resultados desastrosos de los pasados procesos electorales del 5 de junio.

Sin decirlo abiertamente un grupo de priistas encontró como responsable del voto de castigo al gobierno federal y en particular al presidente Peña Nieto, por escándalos como el de la llamada “casa blanca”, el desatino en las investigaciones con motivo de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa, las denominadas “reformas estructurales”, pero muy particularmente la llevada, contra viento y marea, en el ámbito educativo.

Se abrió una herida al interior del PRI que posteriormente se agudizó con la desacertada decisión de darle trato de mandatario al aquel entonces candidato Donald Trump.

Por otra parte es innegable que uno de los usos de las investigaciones y procesos en contra de ex gobernadores del PRI tiene que ver con limpiar la imagen, frente a casos que han llevado al borde de la quiebra a las finanzas estatales como es el caso de Veracruz.

Esa estrategia tiene un efecto colateral negativo para el PRI, tanto de percepción, como de afectación a las redes locales creadas al amparo de los exmandatarios investigados.

Si verdaderamente se quiere llegar al fondo de las investigaciones, necesariamente se van a ver involucrados muchos militantes beneficiados en los tiempos de bonanza.

¿Cómo mantener el discurso de unidad partidista cuando debería haber de por medio varias órdenes de aprehensión en curso?

También debe tomarse en cuenta que los espacios de gobierno recientemente ganados por los otros partidos políticos han debilitado la estructura del PRI, a tal grado que prácticamente han quedado en la orfandad política y con ello cuadros enteros han migrado a otras filas. Es suficiente con ver Puebla para entender lo que digo.

Si a todo lo anterior le agregamos que en estos momentos diversas encuestadoras ubican en tercer lugar al PRI de cara a la elección del 2018, entonces se aprecia más la oquedad -¿fanfarronería?- de las palabras de Ochoa Reza.

Sólo el tiempo lo dirá.

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com