Especialistas plantean impulsar cultivo de milpa en el municipio de Puebla. Foto: Especial
Especialistas plantean impulsar cultivo de milpa en el municipio de Puebla. Foto: Especial
Especialistas plantean impulsar cultivo de milpa en el municipio de Puebla. Foto: Especial

Especialistas en los temas de agroecología y seguridad alimentaria plantearon impulsar el cultivo de la milpa en las zonas rurales del municipio de Puebla, así como en áreas urbanas marginadas, para garantizar la seguridad alimentaria en las mismas.

Lo anterior porque en este policultivo, además de sembrar frijol, calabaza y maíz, se puede incluir jamaica y hasta melón, así como se revaloraría su importancia cultural para el país.

Así coincidieron los investigadores de la Universidad Iberoamericana de Puebla y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Susana Cruz Ramírez, Oscar Soto Badillo y Miguel Ángel Damián Huato, respectivamente, durante el panel “La seguridad alimentaria en México: desafíos y oportunidades”.

Argumentaron que es necesario un cambio de las políticas públicas destinadas al campo, pues actualmente solo están destinadas al sector exportador.

Señalaron que el neoliberalismo ha provocado mayor pobreza no solo en las zonas rurales, sino también en las urbanas debido a que no se han dado las condiciones para que los pequeños agricultores de maíz sean competitivos o al menos garanticen su seguridad alimentaria.

Modelo agroecológico de intervención

El investigador del Centro de Agroecología de la BUAP aseguró que se puede impulsar la productividad de los maiceros de temporal –que hay en el municipio y estado de Puebla– para lo cual propone transferir la tecnología de los productores que logran más rendimientos –que usan técnicas campesinas y agroecológicas– a los de menos, además de los servicios ambientales que se generan.

Durante su ponencia en la Universidad Iberoamericana de Puebla, Damián Huato explicó que Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Puebla son los estados con mayor pobreza alimentaria y al mismo tiempo los que concentran –con el 35 por ciento– el mayor cultivo de maíz en el país, pero que en sus zonas rurales más marginadas, esta gramínea ya no les alcanza ni para su autoconsumo debido a la falta de políticas públicas adecuadas.

Agregó que la aplicación de los paquetes tecnológicos de la revolución verde apenas incrementó su producción en 660 kilogramos en 35 años, es decir, 19 kilogramos anuales, por lo que reiteró la urgencia de un manejo agroecológico del maíz, que de por sí realizaban los campesinos, pero que se ha ido perdiendo en los últimos 30 años.

Precisó que el uso de estiércol como abono, la milpa, semilla criolla, técnicas de conservación de suelos, así como su combinación con algunas tecnologías modernas incrementará la productividad en al menos 50 por ciento en seis años.

Lo anterior porque sus investigaciones –de más de 10 años– han demostrado que los rendimientos se elevan con el uso de las tecnologías campesinas, además de que el paquete tecnológico del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) es incosteable por los pequeños productores y ocasionan mayor daño ecológico.

Hay resiliencia-resistencia a siniestros

Agregó que en un faro agroecológico que se colocó en Jolalpan se obtuvo un rendimiento de 2.5 toneladas de maíz en una hectárea y en otras parcelas del mismo tamaño fue menor a los 500 kilogramos, debido a una sequía de siete semanas que el policultivo “sí resistió” por la biomímesis, es decir, por la biodiversidad funcional.

“Hay sinergia, eficiencia relativa de la tierra, eficiencia energética, resiliencia y sostenibiidad; la milpa –que consta de varios pisos– tiene 6 mil años de existencia, por lo que es sostenible y ello es por la biodiversidad funcional”.

Por su parte, para Soto Badillo –también coordinador de Posgrados de la Universidad Iberoamericana de Puebla— criticó las políticas públicas en el país destinadas al sector primario.

Lo anterior porque –dijo—las mismas no han favorecido la sustentabilidad ni la seguridad alimentaria de manera sostenida, así como tampoco protegen al mercado doméstico, como lo hacen los países desarrollados, sino sobre todo benefician los intereses de las grandes trasnacionales de alimentos.

FAO debe poner más atención

“Hay erosión, salinización, desertificación en las tierras, mientras que también la urbanización dispersa crece, así como la migración y descampesinización, además de la imposición de paquetes tecnológicos de trasnacionales”, señaló.

Añadió que 8.7 por ciento de empresas grandes surten el 74.2 por ciento de las ventas totales de alimentos, mientras que más de la cuarta parte de la población del país tiene problemas de desnutrición.

Por ello, insistió que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) debe poner más atención en el tema de la seguridad alimentaria a nivel mundial.

Por su parte, Cruz Ramírez –coordinadora de la Licenciatura en Ciencias Ambientales y Desarrollo Sustentable– resaltó el papel de las mujeres en la producción de alimentos, así como criticó que en México no tengan la certeza jurídica de la tierra.

Los especialistas insistieron en que se deben cambiar las políticas públicas para el sector primario, así como impulsar proyectos de traspatio en las zonas urbanas marginadas de manera integral y sin fines políticos.

Director general y fundador del portal de noticias Ángulo 7. Es originario de Puebla y estudió Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad Cuauhtémoc. Ha sido reportero en los periódicos...