La sensación de fracaso que arroja la reforma educativa rebaza ya límites inimaginables. No pocos son los que se sienten defraudados, agraviados, molestos, excluidos, utilizados, vejados, reprimidos y sí, muchos son los que expresan decepción ante los resultados obtenidos. A pesar de que en 2014, algunos estudios de opinión señalaran, que un 76% de los encuestados aprobaban la instrumentación de una reforma educativa y que un 78% la consideraran “algo necesaria”, tan sólo un 3% de los participantes en la muestra discurrían que el problema de la educación era el más grave de los que enfrentaba el país. En cambio, en el año citado un 76% de los cuestionados albergaban sentimientos negativos por las condiciones de vida adversas que enfrentaban. Tras la aplicación de las reformas estructurales en noviembre de 2016, sólo una de cada 5 personas aprueba el actuar del titular del ejecutivo federal.

Sin embargo a pesar de los resultados Nuño insiste en repetir errores, no aprende. Plantea que las evaluaciones de permanencia en el servicio profesional docente se seguirán aplicando de manera obligatoria, a pesar de las críticas que merece un sistema de evaluación estandarizado, descontextualizado y de la posposición de la aplicación de los exámenes (a noviembre de 2017) anunciada por el Instituto Nacional de Evaluación de la Educación (INEE) con el ánimo de remediar males. Insiste en señalar el finiquito de un “sistema clientelar y corporativo” que asignaba plazas y promociones por intermedio de herencia y venta de plazas, por uno basado en el mérito de los y las docentes. En cambio sujeta a contratos por tiempo determinado a quienes obtienen resultados mediante los que se les considera idóneos incluso a los que ya tenían una plaza de base, cuestión que seguirá generando la revuelta magisterial por la defensa de los derechos adquiridos.

A pesar del recorte presupuestal, de los fracasos previos, del dispendio y de los pingües negocios que significaron los programas de Enciclomedia, Aulas Base Telemáticas, Habilidades Digitales para Todos e Inclusión Digital, Nuño insiste. Anuncia el programa digital @prende 2.0 que en alianza con consorcios nacionales y extranjeros, iniciaría (2017), en 3 mil planteles escolares de las 32 entidades y “favorecería” a una población escolar cercana a los 2 millones de educandos agudizando la brecha que se abriría entre estudiantes a quienes en función de los servicios digitales con que cuenten, se les podría considerar como afortunados y aquellos que asisten a planteles carentes de los servicios básicos indispensables. En contrapartida a la inversión destinada al programa (1 500 millones de pesos), las instalaciones de una de cada dos escuelas carecen de agua, drenaje, luz, conectividad a internet y otros servicios básicos y sólo el 13.47% de las 240 mil instituciones con que cuenta la infraestructura educativa en el país, se han reparado, modernizado y “dotado de equipamiento educativo”. Un tercio de los 33 mil planteles escolares que constituyen la meta que se fijara la administración en materia de reconstrucción de la infraestructura educativa.

Sin embargo, mientras que para un gran sector de la sociedad la reforma educativa fracasó al malograse el cumplimiento de los objetivos que se propusiera un proyecto pedagógico contrario a los grandes intereses nacionales, para Nuño la administración de Enrique Peña está sentando las bases para la transformación de la enseñanza al promover un proyecto vinculado a los intereses de una economía globalizada. Mientras que un conjunto de la sociedad incluidos un gran número de maestras y maestros, considera que en la formación de las niñas y niños radica la defensa de la soberanía nacional, la cultura, la identidad, el carácter de la nación, los aliados del capital internacional pretenden imponer la instrucción de “competencias laborales” que tornen a los educandos en seres competitivos que puedan integrarse a las empresas globales en “igualdad de circunstancias”.

Empero, parecieran no entender que el mundo globalizado se desmorona. Los sajones, otrora promotores de la integración económica mundial, se tornan en defensores a ultranza de sus recursos y cierran sus economías a la “mano de obra extranjera”. Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica toman medidas proteccionistas frente a sus ex aliados comerciales y restringen el libre tránsito de personas y mercancías; los grupos nacionalistas y ultraconservadores se fortalecen en países como Francia y Alemania; las agresiones a mexicanos y mexicanas legales o ilegales por parte de tribus fanáticas y nacionalistas pululan. Y aún con este escenario adverso, discriminatorio, el gobierno mexicano insiste en profundizar las reformas estructurales, entregar las riquezas nacionales (incluido el petróleo, la minería y la energía eléctrica, los recursos naturales, la infraestructura carretera, portuaria y aeronáutica) al capital internacional.

No obstante las percepciones negativas que origina la reforma educativa, la administración que concluye todavía podría volver la vista atrás. Dejar de lado el discurso de odio esgrimido en contra del magisterio nacional por Mexicanos Primero asociación civil y otras instituciones afines, y revalorar la función social de maestras y maestros. Diferenciar a quienes se encuentran frente a grupo de quienes representan los intereses aviesos que surgen de la alianza entre los representantes gremiales y los gobernantes en turno. Es tiempo de instrumentar un proyecto educativo nacional que aglutine a los diferentes sectores de la sociedad, priorizando el interés superior de la nación sobre cualquier otro, así provenga del país más poderoso del mundo o de cualquier organismo internacional, llámese como se llama. La reforma educativa está muerta y a otra cosa mariposa, como expresa Nuño, hay que aprender de los errores.

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