La elección presidencial en Estados Unidos fue el tema principal en todo el mundo, la economía más grande del planeta tenía la tarea de elegir a su siguiente presidente. El resultado no fue lo que muchos esperábamos, ganó el candidato del partido Republicano, un candidato que usó como estrategia política y bandera la construcción de un muro entre dos países hermanos y vecinos, un muro entre EU y México.

Este mismo año en Inglaterra se llevó acabo un ejercicio democrático para decidir si se quedaban incorporados a la Unión Europea o se retiraban. También en este caso el resultado no fue lo que esperábamos. Ganó la opción de separarse del bloque económico europeo. La mayoría de ingleses consideran que permanecer unido al bloque europeo es más costoso que mantener su economía apartada.

¿Acaso es casualidad? Si Trump, candidato republicano en EU, literalmente tomó como bandera la construcción de un muro para proteger a su nación, de manera simbólica esto manda un mensaje de defensa y cuidado del exterior. Básicamente el mensaje es cuidar el interior de la casa, de lo que pasa o puede pasar en el exterior.

El mismo mensaje ganó en Inglaterra, cuidar el mercado interno, fortalecerlo y detener el excesivo ímpetu que la economía actual pone sobre la globalización y el comercio internacional.

No creo que sea casualidad, estas dos potencias del mundo están pensando primero en ellas, cuidar lo que han construido y, a partir de su estabilidad, tomarán decisiones a futuro. Y es este punto el que me invitó a reflexionar sobre lo que como individuos hacemos en la actualidad, y con nuestra economía personal.

Principalmente lo que tienen que ver con nuestro patrimonio y el contexto en el que vivimos. Actualmente, trabajamos, estudiamos, viajamos y convivimos en un mercado que nos invita constantemente a destinar nuestros recursos financieros al consumo; y nos abre un abanico casi infinito de posibilidades de compra.

No solo para poder consumir productos cercanos a nosotros, o que se producen a nuestro alrededor, sino que pone a nuestro alcance toda clase de servicios y productos de todo el mundo, con el fin de satisfacer nuestras necesidades, gustos y caprichos.

Más es mejor, o por lo menos eso es lo que me enseñaron en mis clases de maximización de la utilidad, y cuando veo lo que sucede en estos últimos dos meses del año parece que tenían toda la razón.

Esta es la etapa de consumo más alta y el gasto crea dinamismo en la economía, compone crecimiento, empleo e impuestos para el Estado.

Aunque todo esto es importante, Inglaterra y EU nos invitan a pensar de qué manera podemos cuidar nuestra economía personal. Si continuamos en una dinámica de consumo, expansión y abiertos a los riesgos del exterior, o decidimos hacer una pausa, ver hacia dentro, fortalecer las finanzas personales, tener estabilidad y tranquilidad. Porque claro que podemos querer gastar, pero ¿qué pasa si hacemos gastos a futuro, o en lugar de esto convertimos nuestros recursos económicos en inversión?

No solo se trata de pensar en acumular recursos, claro que la vida es ahora y debemos de vivirla al máximo. Pero siempre es buena opción voltear a ver qué hacen los demás, y preguntar ¿por qué lo hacen de esa manera? Tal vez encontremos señales que nos ayuden a tener mejores decisiones.

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