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Cada quien vive con sus demonios, pero éstos deben hacerse públicos cuando se trata de un gobernante

Abel Pérez Rojas

Aunque ya sabemos que en nuestro país la aplicación de la ley está sujeta a intereses políticos y económicos. Sí, es importante que se establezca en el Artículo 82 de la Constitución Política de nuestro país el requisito de examen antidoping para poder ser Presidente de México.

Hasta ahora, en el citado Artículo entre los requisitos para ser presidente de México se encuentran la ciudadanía mexicana por nacimiento, 35 años de edad, residencia en nuestro país, no pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto, no pertenecer al Ejército, no ser funcionario público en los términos y condiciones que el mismo Artículo establece; ni haber ocupado el mismo cargo, es decir, de presidente de la República en los casos señalados por el Artículo 83 de la Carta Magna.

Es cierto que frente al avance y posicionamiento que ha tenido el negocio de las drogas en nuestro país, queda muy corto el alcance de un examen antidoping a los aspirantes a la presidencia de la república, por eso también debiera aplicarse a todo candidato a los puestos de elección popular (senadores, diputados, gobernadores, presidentes municipales), por decir lo menos.

Así podríamos estar en condiciones de tener mínimos elementos de certeza de que la condición física y mental del candidato no está supeditada o influenciada por el consumo de determinadas sustancias.

Aunque triste es reconocer que estas pruebas de ninguna manera revelarían los nexos o compromisos que éstos pudiesen tener con los señores del narcotráfico. Pero es peor seguir con ese vacío jurídico. Lamentablemente algo es algo ante al panorama tan gris que se vive en México.

Ha habido intentos, pero al no estar establecido en el Artículo 82 –y en las respectivas constituciones estatales- sólo queda en mero espectáculo de campaña.

En el pasado reciente ya vivimos pasajes en donde de haber estado establecido este requisito hubiéramos tenido mayor fundamento para profundizar en el estado mental y físico del presidente en turno.

Desde esos años en los que se especulaba sobre el consumo de medicamentos de Fox, pasando por aquella pregunta en voz alta y lanzada al aire por Carmen Aristegui sobre el posible alcoholismo de Felipe Calderón, y que por cierto significó la salida temporal de Noticias MVS de la comunicadora.

Y cómo olvidar aquella aceptación de exámenes toxicológicos, de polígrafo y de salud, que en una visita a Colima hiciera el entonces candidato Enrique Peña Nieto, frente a los señalamientos de los otros dos candidatos.

Como no estaba contemplado en la Ley nada pasó. Sólo show político para los encabezados periodísticos.

Sin embargo en aquella ocasión y para salir del paso Peña Nieto puso una condición: que los exámenes fueran aplicados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Hay que tomarle la palabra. La UNAM bien podría ser la instancia responsable de aplicar las evaluaciones toxicológicas y demás que sean necesarias incorporar al Artículo 82. En las entidades federativas pudiera ser la respectiva universidad autónoma.

Entre más tiempo pase es cada vez más importante retomar esta iniciativa, porque el 2018 está a la vuelta de la esquina y habría que subsanar esta laguna jurídica para el proceso que se avecina, en caso contrario habría que esperarse hasta el 2024 y vivir seis años más en que estaremos indefensos frente a las  posibles adicciones del Presidente en turno.

No se vale.

Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es doctor en Educación Permanente. Dirige: Sabersinfin.com

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Nació en Tehuacán, Puebla, el 6 de enero de 1970. Es poeta,conductor de programas de radio, académico y gestor de espacios educativos. Funda y coordina Sabersinfin.com