En Santa María Zozocoltepec, Ixtacamaxtiltlán y Sierra Nororiental de Puebla, se realizan rituales como una forma para promover el respeto a la naturaleza y resistencia ante el proyecto que se quiere ejecutar de minería a cielo abierto.
Así lo dio a conocer Óscar Antonio Jiménez, académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP, quien agregó que cerca del 30 por ciento de la Sierra Norte y Nororiental de Puebla está concesionada para la ejecución de megaproyectos –hidroeléctricas, gasoductos, presas y minas– mientras que, a nivel nacional, la cifra es de más del 50 por ciento.
En entrevista para Ángulo 7, indicó que Puebla se empezó a convertir “en la punta de lanza” de las trasnacionales para la explotación de recursos naturales desde los sexenios panistas de Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa, lo que se consolidó con el del priista Enrique Peña Nieto.
Detalló que, en el caso de Santa María Zozoltepec, luego de darse a conocer un proyecto de minería a cielo abierto para extraer oro y plata por parte de una trasnacional canadiense, comenzaron las movilizaciones, pero también una serie de rituales espirituales, que tienen como función “unir mentes en favor de la vida y crear conciencia sobre el cuidado de la naturaleza y los ecosistemas”.
Recalcó que incluso los proyectos de exploración afectan a las comunidades de los pueblos originarios, perdiendo el acceso al recurso hídrico y causando el despojo de tierra a campesinos y ejidatarios.
Antonio Jiménez aseveró que las minerías de cielo abierto utilizan más de 600 químicos y volúmenes de agua para extraer la mínima cantidad de metales preciosos.
Finalmente, el también experto en movimientos sociales, consideró que este tipo de proyectos no son necesarios, y aseguró que responden a otros intereses internacionales, principalmente del país vecino de Estados Unidos, trayendo como consecuencias la perdida de la soberanía en materia política, económica y seguridad, consecuencias del neoliberalismo.
