fuente-de-los-muniecos
Leyendas de horror en Puebla. Foto: Eculturismo

El callejón del muerto, la Fuente de los Muñecos, el Salto del Gato, el Puente de los Duendes y la Excancha de San Pedro son lugares que, por sucesos inexplicables, han conformado las leyendas de terror en Puebla.

La historia del callejón del muerto comenzó en una noche lluviosa del año 1785, cuando la esposa de don Anastasio Priego iba a dar a luz a su primogénito. El señor salió en busca de una partera, pero en su andar, un ladrón lo quiso asaltar, por lo que no se midió y lo atravesó con una espada para seguir su camino. Se dice que en las noches lluviosas, el alma en pena del asaltante deambula sin rumbo.

La leyenda de la Fuente de los Muñecos inició en la década de 1930, en el actual barrio de Xonaca, que era propiedad del entonces gobernador poblano Maximino Ávila Camacho. Los dos hijos de un caballerango de la hacienda jugaban cerca de un pozo, del cual se les advirtió mantenerse lejos, pero un día desaparecieron. Se cree que cayeron en el hoyo, aunque sus cuerpos nunca fueron encontrados. Ávila Camacho mandó a construir una fuente en memoria de los infantes y aún ahora se dice que se escuchan las voces y risas de los niños en este lugar.

Por la misma década, por las carreteras de Puebla, un hombre vestido de negro se aparecía aun lado de la pista para hacer la parada a los autobuses, a cuyos choferes ofrecía una suma de dinero para que fueran a un barranco, el Salto del Gato, donde caían y morían. Se dice que el sujeto aparecía después a lado de los automovilistas, pero estos ya no aceptaban su dinero, sin embargo, éste y los pasajeros morían tiempo después de maneras sospechosas.

El puente de los duendes se originó en un poblado de Tehuacán, donde un hace años un jornalero regresaba ebrio a su casa y se encontró a una gallina, a la cual quiso guardar, pero al acercarse a esta, en la orilla del puente, vio que se transformaba en un hombre de menos de un metro de altura. El hombre logró librarse de la caída, pero al día siguiente descubrió sus piernas ensangrentadas, cubiertas de plumas que llevaban a un camino dirigido hacia aquél viaducto.

La historia de la Excancha de San Pedro se remonta antes del año 1600, en el actual Museo de Arte de la calle 4 norte y 2 oriente de la capital poblana, cuando el edificio colonial fungía como hospital y en cuyo antiguo patio, que era la cancha, enterraron los esqueletos de quienes allí murieron. Los guardias del museo han asegurado que escuchan por las noches ruidos y risas a los que no han encontrado explicación alguna.

Editado por: Marta Romero

Fuentes: Leyendas Mexicanas