Columnistas-GuillermoAlbertoHidalgoVigueras

Pues ahora sí que ya mero nos chupa la bruja, por un lado, las declaraciones del general Salvador Cienfuegos, secretario de la Defensa Nacional y por el otro, las de Renato Sales, Comisionado Nacional de Seguridad.

Sin embargo, no todo es malo, lo realmente rescatable de éstas dos declaraciones y/o posiciones, es que, por primera vez, o casi por primera vez en nuestra historia, personajes de ésta envergadura salen al ruedo a tomar al toro por los cuernos, y es que de ninguna manera están fuera de la realidad, ni si quiera y desde el humilde punto de vista de un servidor, son declaraciones que se les hayan salido del control.

No señor, yo por mi parte, me permito felicitarlos a los dos, porque es hora que en nuestro país, alguien nos hable con la verdad y defienda lo que hacen, en lo que creen y por lo que trabajan, qué son sus respectivas instituciones, sus integrantes y, por supuesto, su misión, que de una vez por todas, es simple y sencillamente “México”.

Me explico; el general Salvador Cienfuegos, con toda la veracidad en sus palabras y con el corazón en la mano, declara que nuestro ejército está desgastado, pero también que está de buen ánimo y que requiere de elementos, de recursos y, sobre todo, de un marco legal adecuado para que este cumpla, no con las funciones para las que fue diseñado (esto es desde mi lógica) sino con las funciones que desde el intenso de Felipe Calderón les impuso, sin el conocimiento ni apoyo adecuado.

Y yo me pregunto, y pregunto a todas las personas que estas palabras critican, ¿qué se espera entonces de un ejército como el nuestro? ¿qué no se cansen, que no descansen, que se use para todo y en todo?

Que si el DN-III, cuando necesitamos los civiles de su ayuda que vengan corriendo, que si sus funciones de salvaguardar la soberanía, que si la lucha contra el narcotráfico, que si su colaboración contra los chupaductos y al final, y en estas fechas además…pues que colaboren con su calaverita ¿no?, ya sólo falta que los pongan a pedir para el Teletón.

No es claro que la delincuencia organizada, los cárteles, los chupaductos y todos los que declaran y pretenden pegar a la imagen de nuestro ejército, un ejército emanado del pueblo y para el pueblo, que le están haciendo una guerra de desgaste, efectivamente. Una guerra de golpe psicológico y de despego de sus propias familias, porque, aunque usted no lo crea, son humanos que comen, sienten aman y van al baño.

A la hora de golpear, todos tiran la piedra, y a la hora de recibir ayuda, todos levantamos la mano, ¡triste, ¿no?!, ¿qué se puede hacer con poco más de doscientos mil elementos de nuestro honorable ejército mexicano, en un país donde rayamos los 120 millones de mexicanos? ¿Qué se puede hacer con un ejército que no se le apoya desde el Congreso? ¿Qué se puede hacer, con un ejército al que se le recrimina cada que se puede, por todo lo que haga?

Que si dicen que van con todo contra el crimen, “malo”, que se regresen a sus cuarteles, que si dicen que se agotan, “malo”, que para qué se meten ahí…

Tenemos la suerte de tener un ejército institucional y amante de su patria, miremos casi a todos a los países centroamericanos donde la bota militar ha hecho estrago, y demos cuenta, que aquí la bota misma hace caminos y nos ayuda en todo.

Por otra parte, qué decir de Renato Sales, nada más y nada menos que estoy fuerte y gratamente sorprendido, que un comisionado nacional de nuestra policía, esté haciendo fuertes declaraciones sobre el poco apoyo que reciben los elementos policiales y que son injustamente calificados y desprestigiados.

Cuánto tienen que aprender los Amadeos, los Santizo que los muy brutos solo piensan que desprestigiando a quienes les dan de comer a ellos y los han hecho ricos, es como quedan bien con la ciudadanía y siguen de lamebotas de sus jefes.

Como en reciente junta, donde al enterarse que no es precisamente su gallo quien viene a la seguridad en nuestro estado, y que él mismo no es tomado en cuenta por ignorante, casi llora de susto y ya no sabe qué hacer, y eso que aún no para de gozar por los casi cien despidos de elementos.

¿Pero ellos qué han hecho, o qué hicieron?, nada, que diferencia de Renato Sales, mismo que a pecho abierto, en la radio, en la televisión, en la red y en cualquier espacio que la prensa o la academia y su trabajo le dan, externa esa preocupación por sus elementos, por sus policías y con esto demuestra que se preocupa por el servicio a la población.

Qué pena que no tengamos más Cienfuegos, qué coraje que no contemos con mas Renatos, si esto fuera así, estaríamos más unidos, trabajaríamos más y nos desgastaríamos menos.

Entenderíamos a la patria, trabajaríamos por ella y difícilmente se colarían los Duartes, los Padrés, los Amadeos, los Santizo y todos aquellos que hicieron a nuestras entidades y a nuestra patria menos.

¡Adelante licenciado Sales!, ¡vamos fuerte y sin tregua, mi general Cienfuegos ¡y despierten los que, como ellos, en dar la vida por la patria creemos.

¿O no?
Juzgue usted

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