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El día sábado 1º de octubre, a eso de las 6 de la tarde, un comando armado intentó asesinar al Ing. Nibardo Hernández Sánchez, líder del Movimiento Antorchista en Cuayuca de Andrade, municipio de la Mixteca Baja de Puebla. El atentado se llevó a cabo cuando nuestro compañero regresaba a la cabecera municipal, tras una reunión con grupos antorchistas en una comunidad llamada El Organal. El Ing. Nibardo Hernández viajaba en una camioneta tipo pick up, acompañado por dos personas más. A unos metros de la inspectoría El Naranjo, un grupo de pistoleros –presumiblemente comandados por el expresidente municipal Álvaro Cabrera Alonso– comenzó a dispararles. Tres de las balas impactaron en la camioneta, una en la parte trasera y dos más en el toldo.

Nuestros tres compañeros lograron salvar la vida, pero se trata de hechos sumamente graves, porque el grupo de caciques sospechoso del ataque armado –y a quienes este domingo denunciamos ante el Ministerio Público- forman parte de una minoría de adinerados del municipio que, antes de la actual administración antorchista, perdió el poder porque la población se cansó de sus abusos y corruptelas.

Las actuales acciones criminales contra el dirigente de la organización en aquella zona, y contra los antorchistas en general, son acciones desesperadas porque ven que en el actual gobierno hay avances en obras e infraestructura, razón por la cual el antorchismo se ha ganado la simpatía de la población.

Considero, pues, necesario, hacer algunas precisiones y demandas que salvaguarden la vida de cualquier antorchista en Puebla.

Primero. Exigimos la detención de los autores materiales e intelectuales. El Movimiento Antorchista Nacional exige que las instituciones encargadas de la justicia en Puebla realicen de inmediato las investigaciones necesarias para detener, de inmediato, a los autores intelectuales y materiales del atentado. No actuar de manera eficaz y rápida equivale a alentar nuevos crímenes que podrían tener las consecuencias fatales que nadie desea. Esperamos que, esta vez, el crimen no quede impune.

Segundo. Exigimos seguridad para los antorchistas. Desde que la organización inició su trabajo político en Cuayuca de Andrade los pistoleros de los caciques de la zona (recordemos a la banda de Los Gatos) siempre han amenazado la vida de nuestros compañeros. Ya en otras ocasiones hemos tenido que llorar a nuestros mártires de Cuayuca de Andrade y no queremos que una vez más el crimen vuelva a hacer de las suyas. Por eso, exigimos que el Gobierno del estado le ponga un freno a las bandas de pistoleros que todo mundo conoce y ubica en la zona, que los enjuicie y los encarcele. Y que a nuestros compañeros se les brinde la seguridad necesaria para desarrollar su trabajo político, que ha resultado benéfico para la población que se está aglutinando en torno a los ideales de lucha por los pobres.

Tercero. No es el primer atentado que amenaza la vida de un antorchista. Es también muy preocupante y delicado que en un periodo de mes y medio, el antorchismo poblano haya sufrido ya dos atentados contra la vida de nuestros dirigentes. El 15 de agosto pasado, dos comandos armados balacearon la casa del dirigente de Antorcha en Coxcatlán, el Ing. Osvaldo Carrera Alonso, en el marco de una serie de marchas para pedir la presidencia cumpliera con varios compromisos de obra y apoyos a la población. Ahora se trata del atentado contra la vida del Ing. Nibardo Hernández, secretario del H. Ayuntamiento de Cuayuca de Andrade, un ayuntamiento que ha tenido resultados muy satisfactorios en su gestión de apoyos y obras para los campesinos y pobladores.

Pero debemos recordar que hace año y medio, también sufrió dos atentados el equipo de campaña de la actual diputada federal por el Distrito XVI, la antorchista Edith Villa Trujillo. Primero un comando balaceó la casa de la suplente de la entonces candidata y después otro comando se metió a la casa del líder de Antorcha en Ajalpan e incendió su camioneta. Además, también denunciamos la tortura que sufrió un grupo de jóvenes a manos de la policía municipal de Coyomeapan, con la complicidad de la alcaldesa.

Ninguno de todos estos actos criminales ha tenido una investigación seria por parte de los encargados de la justicia en Puebla y en ningún caso se ha detenido a los culpables intelectuales y materiales. Pensamos que los caciques se enseñorean en el estado; por eso, ahora nos dirigimos a las más altas autoridades del gobierno estatal en espera de una respuesta.

Cuarto. Exigimos que cesen los atentados contra nosotros. El Movimiento Antorchista es una organización pacífica que se dedica a trabajar organizando a la gente para que exija los derechos que nos otorga, a todos los mexicanos, la Constitución Política de México. Por tanto, no hay razón para que se nos quiera acabar por la vía del asesinato y el crimen político. Somos hombres y mujeres que trabajamos bajo el amparo de la ley y, por tanto, exigimos que cesen las acciones ilegales que buscan frenar nuestra actividad.

Cinco. Vamos a movilizarnos con toda nuestra fuerza. Advertimos que de no cesar la ola de crímenes contra nosotros y no hallar respuestas de la justicia de inmediato, el Movimiento Antorchista de Puebla, acompañado por el antorchismo de todo el país, va a desplegar una campaña nacional de denuncia y de manifestaciones para exigir seguridad. Llegaremos a cada rincón del país y cada mexicano se enterará de nuestra denuncia: en Puebla, a los caciques paleolíticos el gobierno les permite cometer crímenes a su antojo.

Esperamos encontrar en el Gobierno de Puebla, que encabeza el Doctor Rafael Moreno Valle Rosas, la sensibilidad para atender este grave problema que involucra la vida de muchos luchadores sociales, cuyo único objetivo es combatir a la pobreza en el estado y en México.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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