Columnistas-GuillermoAlbertoHidalgoVigueras

No sólo son tristes, sino desgarradoras las noticias de lo sucedió apenas hace unos días en el estado de Sinaloa, en donde, luego de un artero ataque a nuestro Ejército Mexicano, por miembros altamente capacitados que emboscaron a una unidad militar que custodiaba el traslado de “alguien” en una ambulancia, según “El Informador”, diario de Jalisco.

De igual manera, también lo fue el asalto reciente, a una industria de Chilac ubicada en el estado de Puebla según información de TV3, en donde, al intentar unos delincuentes, fallidamente, robarse un cajero ubicado dentro de una empresa, perdieran la vida dos policías. Y  qué decir de los 65 feminicidios en lo que va del año en nuestra entidad.

Y así podríamos seguir contando tantas y tantas atrocidades que se están sucediendo ya en forma reiterada y constante en mi amado México. Tan seguido pasa esto, que la ciudadanía hace tiempo que se está acostumbrando. Secuestros, desaparecidos, enfrentamientos entre mexicanos matando a otros mexicanos, destrozando no solo familias y vidas, sino también la unión que por años hemos tenido como nación.

Cómo olvidar que esto sucedió también en la guerra de La Reforma, que sucedió entre otras cosas, en la Revolución Mexicana, de la cual hoy se empieza a dudar que haya servido de algo.

¿En dónde perdimos el rumbo, a donde se fue la unión y sensibilidad que teníamos? ¿por qué intereses se perdió precisamente aquello de “Más si osare un extraño enemigo, profanar con su planta tu suelo” …hoy no necesitamos que nadie venga a profanar nuestro suelo, nosotros mismos nos estamos destruyendo y como dijera un amigo recientemente, como es lo macro es lo micro?

A México trajeron en materia de Seguridad Pública personajes israelitas y colombianos (según los amantes de lo extranjero) a fin de capacitar a nuestras fuerzas policiales, reflexionamos, ¿cómo ellos, los israelitas? (al menos los que trajeron) que solo ven y viven para la guerra, que su realidad es tan diferente a la nuestra, o los colombianos, que trajeron sus técnicas y tácticas para problemas que no teníamos, pero que ellos mismos galantemente nos importaron, (o al menos “coincidentemente llegaron al mismos tiempo”).

Y así, de la misma manera, nos pasó en nuestro bello estado de Puebla, al municipio capital del mismo nombre y seguramente aplica para muchos otros en la República, al traer personajes ineptos, corruptos e insensibles que sólo han destrozado nuestras fuerzas de seguridad.

Desde hace al menos dos administraciones nos trajeron como jefes de policía a amigos de los presidentes municipales en turno, no quiero decir nombres por miedo a las represalias posteriores, pero sus iniciales son A y terminan con madeo Lara Terrón, después otra terrible “A” y termina con lejandro Oscar Santizo, quienes no solo no tenían ni tienen experiencia, ni la antigüedad y menos el conocimiento operativo que se requiere, lo único que tenían, y hasta la fecha tienen, era una ambición terrible y un ego desmesurado.

El primero hasta aprendió a llorar cuando por su culpa, desconocimiento y falta de mando hubo incluso la muerte de algún compañero sin que él se enterara bien a bien por qué, y trajeron también cobijados a Loya, entre el Jefe de éste y un tal Lázaro Gaytán, que traía y llevó a cabo pingues negocios con Rivera y Amadeo, mismo que quién sabe cómo hoy esta como adjunto en el Sistema Nacional de Seguridad Pública (aunque usted no lo crea). Nadie puede explicárselo, como tampoco nadie puede avalar su verdadero conocimiento policial (y sigue jalando a todas partes a su Sancho y fiel escudero Loya).

Pues entre estos dos especímenes, trajeron a Gilberto Loya, quien se decía ingeniero, mismo que no tenía ni cartilla y no podía o no debía andar armado, pero que pasó sus controles de confianza después de tantas falsedades y mentiras que dijo. Este mismo tipo trajo a trabajar, aparentemente, hasta a su esposa de Chihuahua.

Se cree que en ese momento los mencionados exámenes eran, y son aún, manipulados y controlados por otra ignorante del tema: Lourdes Rosales.

¿Cómo es que ellos pasan y sus amigos también? cuando policías de gran experiencia y probidad no lo hacen, y por sus manejos turbios incluso han habidos hasta suicidios de valiosos compañeros, sólo Dios, sus conciencias, su irresponsabilidad y capacidad de corrupción, lo saben, y mientras tanto en Puebla se desmiembran nuestras fuerzas policiales.

Al menos en el caso de Puebla capital, ¿qué hizo Rivera, qué hizo, Gali, qué hizo o hace Bank Serrato?… no lo sé, pienso que solo ver como se desmorona nuestra seguridad y se pierde la tranquilidad.

Que si da miedo comentarlo…!no! no tengo miedo… tengo pánico, pero ¡qué caray! de estúpidas amenazas ya estamos hasta el gorro, y ya lo dije alguna vez, mi pasión y vocación es, lo ha sido y seguirá siéndolo la “policía”, la “Seguridad Pública”, el servicio a los demás y, por supuesto, mi amor y lealtad para mi México querido que ya mucho sangra, y que debemos de seguir trabajando por él para que esto deje de suceder.

En él estamos todos juntos, están tú y cada uno de los representantes de nuestra raza de bronce, hoy ya muchos o la mayoría criollos, pero todos leales al país.

Estamos los buenos y los no tan buenos, los que apoyan y los que agreden, los que construyen y los que destrozan, estos últimos, me pregunto si sabrán que con tanta destrucción después ya no habrá un espacio en donde vivir ni que controlar.

Entendamos que estas masacres sólo se dan entre mexicanos dirigidos por otros mexicanos, que estos desordenes se dan igual, pero arriba de todo lo que pasa: ¿quiénes están?, ¿quiénes azuzan?, ¿quiénes manipulan que no los podemos o no los queremos ver? ¿caramba, que no oyen … quienes están?

Dejémonos de tonterías, abramos los ojos y regresemos al respeto, amor y dedicación que nuestra nación se merece.

“Un soldado en cada hijo te dio”, que se cumpla, que suenen los tambores y cornetas, que se haga la guerra contra la ignorancia, contra la injusticia y la falsedad, que se empuñen las armas del estudio, del conocimiento, del servicio y respeto hacia el de enfrente, que entendamos que nos debemos atenciones y cuidados, que ya no nos deben manipular.

Como es lo micro es lo macro, gracias amigo por el consejo. Hagamos que el muy personal microuniverso de nuestro corazón lata al unísono y en lo macro de nuestra patria. Que en lo macro de la grandeza del país y del mundo se vuelva a sentir la paz que se nos está perdiendo, la tranquilidad que estamos añorando y poder acabar con la incertidumbre que nos está acabando…

¿O no? Juzgue usted.

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