Suzana De los Ángeles/E-consulta

En la última década el río Atoyac ha sido estudiado una y otra vez por los gobiernos de Puebla y Tlaxcala a través de costosos diagnósticos elaborados por instituciones públicas, con la finalidad de diseñar estrategias de saneamiento para uno de los afluentes más contaminados de México; sin embargo, a pesar de que se han firmado soluciones en los últimos años, éstas no tuvieron continuidad.

Ahora el gobierno municipal de Puebla ha lanzado una nueva ofensiva contra la contaminación del río, con un nuevo programa derescate y saneamiento que se aplicará en los siguientes 15 años, para ello la autoridad municipal ha anunciado la elaboración de un diagnóstico que busca conocer la situación del Atoyac y a partir de eso diseñar otro plan de rescate.

Sin embargo, para Francisco Castillo Montemayor, exsecretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales y actual Presidente delConsejo Ambientalista, el río Atoyac está sobre diagnosticado y si las autoridades le dieran continuidad a los proyectos de saneamiento, firmados años atrás, como la modernización de las plantas de aguas residuales, el río contaminado tendría una mejoría en corto plazo y no a 15 o 30 años como plantean las autoridades.

De San Martín Texmelucan a la ciudad de Puebla, el río Atoyac recibe la contaminación diaria de 146 toneladas de desechos, equivalentes al tamaño de 24 elefantes africanos, de los cuales 62 toneladas son sólidos suspendidos (basura, excremento, animales muertos y plásticos).

De acuerdo con el Registro Público de Derechos de Agua (Repda) todos los días el Atoyac capta 250 mil metros cúbicos de aguas residuales de Puebla y Tlaxcala, -equivalentes al volumen de 100 albercas olímpicas-. Estas aguas provienen de 321 empresas y 15 municipios de ambos estados, autorizados por la Conagua para descargar directamente en el río.

Diagnósticos y más diagnósticos

De 2006 a 2015 los gobiernos de Puebla y Tlaxcala han solicitado a la Conagua su colaboración para realizar estudios técnicos en el río Atoyac, a través del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para diagnosticar la contaminación del río, sus consecuencias a la salud y acciones de saneamiento.

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