Anticipados incómodos

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, indica que parecen tener razón quienes recientemente han advertido acerca de la incomodidad del gobernador electo, José Antonio Gali Fayad, frente a la premura de algunos panistas por lanzarse de manera anticipada a la sucesión de 2018, incluso antes de que él rinda protesta.

En ciertos casos la incomodidad ha pasado a la molestia, y en otros, los menos, la molestia se ha traducido en el veto momentáneo para formar parte de su administración estatal.

Cuentan que Gali ha pensado en los adelantados, todos emanados del morenovallismo, al igual que él, como personajes irrespetuosos que pretenden pasar por encima de su investidura.

Si bien no estaría en contra de que cada quien se dedique a construir el camino para contender por una candidatura en 2018, la que sea, sí observa con cierto nivel de disgusto que no esperen por lo menos al 1 de febrero, cuando, entonces sí, estarían dadas las condiciones políticas para arrancar su sucesión.

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El mocho que gobierna Puebla

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, señala que de golpe y porrazo. Rafael Moreno Valle decretó que en el bulevar Hermanos Serdán no puede haber moteles.

En una muestra más de su autoritarismo, el Señor de Los Cerros determinó que en la zona que está remodelando los moteles representan un giro que no puede permitir.

En esa doble moral, el gobernador decidió clausurar los moteles que operaban en la avenida de acceso a esta cuidad, porque le parece que ensucian la imagen de una metrópoli de primer mundo como la que se ha empeñado en crear.

Sus propias palabras definen su retrógrado pensamiento: “Estamos siendo muy estrictos, porque antes, sobre la avenida Hermanos Serdán había moteles. Ya los cerramos todos, ya no hay moteles y no los va a haber. Hicimos un operativo con el presidente municipal y les dije a los dueños: si quieren tienen todo el apoyo para poner un restaurante, una plaza comercial o un hotel de a de veras, si quieren”.

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Inicia estrategia Blanca Alcalá para volver a ser candidata

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, indica que en las últimas semanas diputados federales y senadores priistas han desnudado la violencia que se vive en Puebla, los abusos de la ciclovía Hermanos Serdán, la represión morenovallista, el uso del erario en la campaña de promoción de la imagen de Rafael Moreno Valle por todo el país y la negligencia del gobierno en el desastre que dejó la última contingencia climatológica de la Sierra Norte. Atrás de esa actitud no solamente existe un afán de denunciar la situación crítica que se vive en la entidad, sino también obedece a una estrategia de la legisladora Blanca Alcalá Ruiz para ser la candidata del PRI en la sucesión del año 2018.

Sin quitarle el mérito al sentido crítico que han adoptado los legisladores priistas de Puebla, queda claro que esa actitud responde únicamente a diputados y senadores vinculados con Blanca Alcalá y que cuentan con el respaldo de Emilio Gamboa Patrón, el líder del PRI en el Senado.

El objetivo de ese comportamiento es buscar que el grupo legislativos del PRI, proveniente de Puebla, se convierta en un contrapeso del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, en su último tramo de 5 meses, y de la próxima administración de Antonio Gali Fayad. Y de que mediante su activismo se busque presionar para que el gobierno federal investigue algunos casos de corrupción del morenovallismo y los abusos cometidos en el periodo que está por terminar no queden impunes.

Las metas que se quieren alcanzar es que Blanca Alcalá –junto con la mayoría de los legisladores federales– se mantenga vigente, se vuelva a posicionar en la opinión pública de Puebla, controle la dirigencia del PRI y de esa manera vaya segura –por segunda vez– en la obtención de la postulación tricolor para contender por la titularidad del Poder Ejecutivo de Puebla dentro de un par de años.

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La política es una mierda y los mexicanos no nos cansamos de probarla

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicad en Diario Cambio, señala que por vías diferentes, los mexicanos llegan a la misma conclusión sin entender que somos la causa misma de aquello que juzgamos. La política es una mierda, es la sentencia única ante hechos bochornosos de diferentes latitudes.

Por una parte, la confirmación de que el Partido Social Demócrata de Morelos le pagó 7 millones de pesos a Cuauhtémoc Blanco para asumir la candidatura a alcalde de Cuernavaca. El futbolista ganó, y luego de navegar unos meses juntos, la ruptura entre los dueños del partido político y la ex estrella del América llevó a revelar el secreto en el noticiero nocturno de Denise Maerker que dio su primer gran golpe periodístico.

Pero la política también es una mierda cuando una bebecita de apenas 19 meses muere en una estancia infantil subrogada por Sedesol con recursos federales, un caso indignante que primero quiso ser presentado como una muerte natural por broncoaspiración, pero que según el dictamen pericial necrológico en realidad fue un desnucamiento. Aunque en su publicidad aseguraba contar con circuito cerrado, según el delegado de Sedesol, éste no existía.

Por supuesto, la muerte de la pequeña Renata Valentina perfectamente puede ser provocada por un accidente, una negligencia. Y cualquiera podría pensar que ahí para la cosa. El problema es cuando nos vemos rodeados de negligencias mortales de que de cuando en cuando saltan a los medios de comunicación con alto impacto para luego olvidarse en el océano de la impunidad.

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El Líder del PRI que Mató al Marinismo

Mario Alberto Mejía en su columnaLa Quinta Columna, publicada en 24 Horas Puebla, indica que poco a poco se va viendo el estilo de Enrique Ochoa Reza al frente del CEN del PRI.

Ahora que se reunió con los gobernadores de su partido, hizo a un lado acertadamente a tres de los que están siendo señalados como los más corruptos del país: los Duarte —de Veracruz y Chihuahua— y Borge, de Quintana Roo.

En el pasado reciente, Manlio Fabio Beltrones no sólo se reunía con ellos: los ponía de ejemplo ante los azorados militantes.

También, faltaba más, recibía a Mario Marín en las oficinas del CEN y, en corto, lo elogiaba.

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