Este jueves 18 de agosto, 10 mil antorchistas de Puebla marcharemos en las calles de la capital exigiendo lo siguiente:

  1. Cese inmediato a los atentados contra el líder de nuestra organización en Coxcatlán. 
  2. Alto a los intentos de desalojo de los campesinos que están en plantón en la mina “La Campa”.
  3. Que se resuelva el pliego de peticiones que le entregamos al gobierno del Estado.
  4. Que la Secretaría de Infraestructura aplique los recursos que los diputados federales de Antorcha gestionaron ante la Cámara de Diputados, mismos que servirán para la construcción de obras en pueblos y colonias pobres de todo el estado.

Adelantándonos a los posibles ataques de la prensa por nuestra legítima movilización, queremos poner por escrito los asuntos más graves y urgentes que merecen la intervención de la Secretaría General de Gobierno (SGG) de Puebla, a cargo del Lic. Diódoro Carrasco Altamirano. Veamos.

Atentado contra líder en Coxcatlán

El lunes 15 de agosto, a eso de la 1 de la mañana, un grupo armado que se transportaba en dos vehículos intentó el homicidio del líder antorchista en Coxcatlán, Puebla, Oswaldo Carrera Alonso. El primer comando llegó a su domicilio y disparó en seis ocasiones sus armas de grueso calibre contra la puerta, causando daños también al interior de la vivienda.

El estruendo de las detonaciones despertó al propio Oswaldo y a los vecinos. Así que según versión de estos últimos, el segundo comando esperó, con el motor encendido, a que alguien se asomara a la puerta de la casa con la clara intención de terminar la siniestra tarea para la que habían sido contratados. La policía municipal brilló por su ausencia; ni en el momento, ni horas más tarde, ni aún hoy ha llegado nadie de la corporación a ver por lo menos qué fue lo que sucedió. El propio alcalde lo reconoció en una entrevista de radio en Tehuacán: “Yo físicamente no la he ido a ver (la casa baleada)”.

Antorcha es la organización más calumniada de la historia reciente de Puebla, lo tenemos medido con precisión matemática, y por eso nosotros nos cuidamos bastante de no caer en el mismo error y hacer acusaciones ligeras. Pero es no impide, desde luego, que pongamos a los ojos de todo el mundo el contexto político en que ocurre este grave atentado.

Pues bien, en este municipio, que es entrada a la Sierra Negra de Puebla, el antorchismo le planteó una serie de demandas al edil Vicente López de la Vega desde el inicio de su administración. Nuestro pliego petitorio es de lo más humilde y sencillo: redes de agua potable para colonias de la cabecera municipal y tres comunidades más, dos redes de drenaje, baños ecológicos para habitantes de siete comunidades; obras educativas en cuatro escuelas, rehabilitación de caminos y vivienda para familias muy humildes. Como se puede ver, nada del otro mundo, ni lujos de ningún tipo; sencillamente, demandas básicas para que la gente pueda vivir un poco mejor.

Sin embargo, nuestras peticiones fueron desoídas en el ayuntamiento durante varios años, a pesar de que insistimos e intentamos en muchas ocasiones dialogar con el alcalde o con quien nos pudiera resolver. Ante el trato abusivo del gobierno, porque es su obligación dar respuesta a las peticiones de la ciudadanía, máxime que se trata de demandas de su competencia, hace un par de meses el antorchismo en el municipio se vio obligado a comenzar con sus movilizaciones. En las primeras dos marchas, los únicos que recibieron a los antorchistas fueron los policías municipales que tenían cercada la puerta de la presidencia.

La respuesta del gobierno de Coxcatlán fue la fuerza pública contra los ciudadanos. En la tercera marcha, realizada el 2 de agosto pasado, el propio alcalde salió a atender a los manifestantes, pero sus “finas atenciones” consistieron en regañar a los pobladores por andar participando en las protestas; acto seguido, con toda desfachatez les “explicó” que no podía resolver las demandas porque desconocía el pliego de peticiones (¡¿?!), y finalmente les dijo que son ellos quienes deben hacer “sus proyectos de obra”, porque, para este alcalde, ahora los campesinos deben llevarle la petición y, al lado, un “proyecto de obra” que cuesta una millonada, y sólo así cabría la posibilidad de que el señor se digne a “revisar” la petición.

¡Claro, en su feudo y con la policía en pleno blindándolo, cualquiera se atreve a lanzar semejantes sermones! Los antorchistas, no contentos con la soberbia y absurda respuesta, prometieron que volverían a movilizarse el día martes 16 de agosto, esperando encontrar, ahora sí, una respuesta positiva a sus justos reclamos. Pero el día lunes 15, los antorchistas de Puebla nos amanecimos con la nueva de que la casa del dirigente Oswaldo Carrera Alonso había sido baleada. Ésos son los hechos y que cada quien saque sus conclusiones.

Plantón en mina La Campa

El segundo asunto de importancia es un plantón que los antorchistas de Chietla instalaron en la mina La Campa, ubicada en la localidad de San Antonio Coayuca, desde hace varias semanas, en demanda de que los beneficiados con la explotación de la mina les entreguen las regalías que les corresponden.

Como saben todos los pobladores de la región, los terrenos en cuestión son propiedad de un grupo de ejidatarios; pero resulta que, mediante trampas legaloides, hace 14 años la señora Herlinda Vital Bahena se puso a explotar la mina que se encuentra en esas tierras. Sorprendidos por la ley, a los ejidatarios no les quedó más remedio que aceptar un “acuerdo de palabra” para que la señora Herlinda les entregara las regalías por usufructuar los terrenos.

El acuerdo no se cumplió y los ejidatarios buscaron el apoyo de Antorcha, organización que solicitó la intervención de la Secretaría General de Gobierno para reestablecer la ley. Pero en lugar de una respuesta conforme a derecho, los antorchistas en plantón han sufrido dos intentos de desalojo violento, orquestados por la señora Herlinda Vital y un grupo de porros contratados. En ambos, gracias a la mesura de los plantonistas, no se ha llegado a un enfrentamiento, como es el deseo de los concesionarios de la mina. Pero tememos que un día cualquiera, nos veamos reprimidos y apaleados, con las consecuencias que de estas acciones violentas siempre se desprenden.

Falta de obras

Finalmente, el problema de las obras. Está pendiente que el Gobierno estatal comience con la construcción de los hospitales en San Jerónimo Xayacatlán, Cuayuca de Andrade y Santa Inés Ahuatempan, mismos que hemos gestionado desde hace por lo menos dos años y medio; está pendiente también la construcción de aulas para 47 escuelas de todo el estado, y que hemos solicitado en Capcee sin que nadie nos haga caso, a pesar de que todo mundo dice estar de acuerdo con la necesidad de ayudar a los niños y jóvenes estudiantes.

Pero lo más grave es que el gobierno estatal no ha terminado de aplicar cerca de 60 millones de pesos gestionados por Antorcha en la Cámara de Diputados, recursos aprobados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015, y que contemplan la construcción de dos auditorios en las colonias La Esperanza y Viveros del Valle, el sistema de drenaje para la colonia Tlacaélel, una casa de cultura en Huauchinango, así como la nueva Casa de Estudiantes “Aquiles Serdán” y la Casa para Estudiantes de Arte “Macuilxóchitl”, ambas ubicadas en la capital.

El recurso, lo repito, es del año pasado. Pero hay más: ahora, la Secretaría de Infraestructura tiene retenidos poco más de 329 millones de pesos; sí, leyó usted bien, 329 millones de pesos que se niega a aplicar en 182 obras que beneficiarán a grandes sectores populares y campesinos del estado. Estos recursos millonarios también fueron gestionados por nuestros diputados federales en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2016.

Éstas son, descritas lo más breve que nos fue posible, las causas de la marcha que el día de hoy realiza el Movimiento Antorchista en la capital del estado. Pedimos respetuosamente al señor secretario general de gobierno, Lic. Diódoro Carrasco Altamirano, nos atienda e intervenga en estos asuntos que hemos planteado con sus asesores sin hallar una respuesta efectiva y, por el contrario, nuevas amenazas, agresiones y cero soluciones. Y advertimos que, de no ser escuchados, desplegaremos una campaña de difusión estatal y nos volveremos a movilizar con más antorchistas hasta que encontremos soluciones. Que conste.

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