Organizaciones denunciaron en la CIDH que la siembra de soya transgénica en Campeche y Yucatán afecta la vida, salud y medio ambiente sano de comunidades mayas; buscan que el Estado Mexicano suspenda de manera efectiva este cultivo.
Además de la petición de suspensión, las organizaciones pidieron la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) porque recordaron que en noviembre de 2015 y en marzo de 2016, la ley les dio la razón logrando suspender de forma temporal la siembra de maíz transgénico que quede resuelto un juicio colectivo por activistas.
Sin embargo, recalcó, los fallos no resolvieron los derechos humanos violados, pues el gobierno federal no pudo determinar todas las transgresiones a garantías individuales mayas ni ordenar su reparación.
“El Estado mexicano tenía la obligación de aplicar el principio precautorio y tener en cuenta los riesgos para la salud que conllevaba el uso del herbicida glifosato y la siembra de soya transgénica, al no hacerlo, incumplió su deber de prevenir violaciones a los derechos de comunidades mayas, quienes actualmente están expuestas a dicho herbicida a través de la siembra y la contaminación de sus fuentes de agua”.
4 municipios, los más afectados
El comunicado afirmó que los municipios con más afectaciones son Hopelchén, en Campeche, y Mérida, Tekax y Teabo, en Yucatán.
Las organizaciones argumentan que ese tipo de soya ha propiciado la pérdida de plantas medicinales, árboles vitales para las abejas, animales e incluso se han destruido sitios arqueológicos.
Además, subrayan que al perderse esto se lastima la identidad maya y se priva de la posibilidad de transmitir ese conocimiento a futuras generaciones.
La denuncia fue presentada el 25 de julio y fue firmada por Comunidades Mayas Apicultoras; Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA); Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda); Greenpeace México; Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos así como Organización de Litigio Estratégico de Derechos Humanos.