El amor es un paso, el adiós otro… y ambos deben ser firmes,
nada es para siempre en la vida.
Chavela Vargas
Este viernes, se conmemoran cuatro años del fallecimiento de la incursora de la música ranchera, Isabel Vargas Lizano, mejor conocida como “Chavela Vargas”, quien comenzó cantando en “La Perla” un restaurante en Acapulco.
Por ello, te damos algunas anécdotas sobre su misteriosa vida.
· Cuando la cantante cumplió 30 años comenzó oficialmente su carrera artística a lado del compositor, José Alfredo Jiménez, quien descubrió su talento y le dio su mayor impulso.
· La cantante de música ranchera, vivió en casa de los artistas, Frida Kahlo y Diego Rivera, en la que era amante de la pintora mexicana. Hay una carta en la que declaró: “Yo sólo vivo para Diego y para ti, nada más”.
· Recibió el título de “Chamana” en San Luis Potosí, donde la nombraron “Cupaima” que significa en lengua huichol “amiga, hermana que te comprende”.
· Cuando era adolescente le dijeron que iba a ser excomulgada por ser lesbiana y su padre se avergonzaba de ella, por lo que ella decía “yo amo con el hígado, el corazón no tiene nada que ver con esto”.
· Era muy amiga del cantautor español Joaquín Sabina, por lo que mientras Cupaima vivió, en palabras del “Flaco”: “cantaron abrazados y se rieron hasta el cansancio”, “ella siempre será de las más grandes cosas que me han pasado en la vida”.
· Ella aseguró en varias ocasiones que nunca sería una buena madre, por esa razón nunca tuvo hijos, en ocasiones afirmó “borracha y parrandera, cómo iba a estar cantando con los mariachis con un niño en brazos”.
· Tuvo una fuerte amistad con el director español, Pedro Amodóvar, a quien le decía “esposo”.
· Un recuerdo entrañable de la artista fue su último concierto en el zócalo de la Ciudad de México, ya que ese día murió su hermano y comentó que “la muerte es la liberación, es un vuelo hacía a libertad eterna”.
· A finales de 1970, la cantante abandonó su carrera debido a su adicción al alcohol, por ello, desapareció de la vida pública durante varios años.
· Para entrar al escenario, la cantante siempre portó su poncho rojo y un misterioso medallón chamánico, el cual fue un regalo que recibió de los huicholes, y antes de su muerte lo pidió para poder pasar a otro mundo y descansar en paz.
No está de más recordar a esta gran artista, mexicana, claro, porque como lo dijo ella: “los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”.
En su memoria te dejamos esta interpretación de “Las simples cosas”, la canción que, en su tiempo, dijo Cupaima que cantaría si fuera la última canción que cantara:
Por: Por Joselyn Furlong || @Yoss_Furlong
