En el estado de Puebla, de 2009 a 2014, el 95 por ciento de los recién nacidos fueron amantados, la segunda cifra más alta, sólo después de Tlaxcala y Yucatán, ambas entidades, con 95.2 por ciento; en el país el promedio fue de 91.4 por ciento.
Lo anterior de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que dio a conocer cifras a propósito de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se conmemora del 1 al 7 de agosto.
En el caso de Puebla, de septiembre de 2009 y hasta 2014, sólo el 4.5 por ciento de los recién nacidos no fueron alimentados con leche materna.
En contraste, con menores porcentajes de lactantes estuvieron Durango (86 por ciento), Coahuila (86.2 por ciento) y Aguascalientes (87.2 por ciento).
En Puebla, la lactancia dura 10 meses
A nivel nacional, la duración promedio de la lactancia materna –según el Inegi—es de 8.8 meses, Oaxaca es de mayor permanencia, con 12.6 meses, mientras que en Puebla este periodo tiene un promedio de 10 meses y en Baja California se registra el más corto, con 6.6 meses.
Entre las mujeres que no amantaron sus principales razones para no hacerlo fueron “nunca tuvo leche” (33.4 por ciento), “el niño la rechazó” (25.9 por ciento) y “no lo hizo por estar enferma” 14.2 por ciento), “el médico le recomendó dar fórmula” (4.8 por ciento.
Según la Organización Panamericana de la Salud, que existen otras barreras que impiden una lactancia materna exitosa, entre las que destacan la falta de información y asesoramiento ante complicaciones en la lactancia o mala técnica al dar el pecho; la falta de apoyo social, para que las madres amamanten en lugares públicos; otro obstáculo ha sido el uso indiscriminado de leches maternizadas o fórmulas para lactantes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) puntualizó que entre los beneficios que aporta esta práctica están la aportación de nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé, además de que se permite reforzar el apego entre madres e hijos y lactar tiene beneficios en la salud de las mujeres, ya que se ha observado una correlación que indica que la lactancia es un factor protector del cáncer de seno y ovario.