Nombres, nombres y nombres para el futuro gabinete

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en e-consulta, señala que poco a poco comienzan a salir los nombres de quienes se perfilan para integrar el gabinete estatal de José Antonio Gali Fayad.

A la par también corren rumores, algunos carentes de veracidad, sobre otros personajes que podrían convertirse en secretario de despacho en la próxima administración estatal.

Uno de estos rumores es que Rafael Ruiz Cordero, quien actualmente se desempeña como secretario de Administración en el ayuntamiento de Puebla, asumirá en febrero del año entrante la Secretaría de Finanzas y Administración (SFA).

La verdad es que el ex compañero de Gali Fayad en el Sistema de Administración Tributaria (SAT) sí está considerado para integrar el próximo gobierno pero no como secretario de Finanzas.

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RMV, el gobernador de la inseguridad

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que lo que nos faltaba. Que entre la creciente lista de ejecutados en Puebla apareciera un presidente municipal en funciones.

La ola de inseguridad en Puebla va en aumento, sin que nada ni nadie pueda detenerla.

Como arena entre las manos, la seguridad se le fue cayendo al Señor de Los Cerros de una manera alarmante.

Ejecuciones, secuestros, levantones, balaceras, asaltos violentos y feminicidios son el pan de cada día.

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El falso amor de Moreno Valle por el debate político

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que nuestra clase política –toda, sin excepciones– tiende mucho a mentir, actuar con cinismo o plantear escenarios ficticios. Por eso es muy complicado saber cuándo nuestros gobernantes hablan con la verdad, con franqueza o apegados a la realidad. Dicha condición viene a colación por las recientes palabras de Rafael Moreno Valle Rosas, quien se pronunció por alentar el debate dentro de los partidos, entre gobernantes y legisladores. Al escuchar estas palabras sólo puede haber una reacción, un cuestionamiento: ¿De qué demonios está hablando el mandatario poblano, si es un personaje alérgico a la discusión de ideas?

A lo largo de los cinco años y siete meses que lleva el actual sexenio en Puebla hemos vivido una autocracia, ya que hemos tenido un régimen en el que gobierna una sola persona con poder total, sin escuchar consejos de nadie, sin tener contrapesos y sin permitir que nadie discuta con él.

Rafael Moreno Valle en estos ya casi seis años no permitió el más mínimo debate de nada. No escuchó las criticas y castigó a muchos políticos que quisieron levantar la voz, opinar, ejercer un contrapeso, manifestar una inconformidad.

Por esa razón ha sido el gobernador de los últimos 30 años que ha tenido menos asesores, porque en su gobierno únicamente se escucha su voz y nadie puede disentir, opinar, cuestionar o contradecir al huésped de Casa Puebla.

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¿Humanista o autoritario?

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, indica que ya metidos de lleno en la recta final del sexenio, ¿cómo calificar al gobierno estatal?

¿Existe un adjetivo los suficientemente certero como para etiquetar, sin riesgo de equívoco, el estilo tan” particular” que caracteriza al actual grupo en el poder?

No creo que lo haya.

El descontrol, me parece, es justificado.

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Segunda llamada al morenovallismo para enfriar las calenturas futuristas

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada en Diario Cambio, señala que el morenovallismo agonizante y el tonygalicismo naciente viven momentos de descontrol que se dan en toda transición, donde la obsesión imperante es el futurismo de casi todos sus actores, a excepción del gobernador electo Antonio Gali y del edil Luis Banck. El resto anda pensando en los cientos de pájaros volando y no el que tiene en mano, sin albur. Es decir, en sus ensoñaciones de poder ya no tienen los pies puestos en la tierra.

Es natural, aunque peligroso este descontrol. El gobernador en funciones dedica la mitad de su tiempo a viajes promocionales de sus aspiraciones presidenciales ya no disimuladas, y en ese trabajo le ayudan algunos de sus funcionarios. Ejemplo, el secretario General de Gobierno, Diódoro Carrasco, recién le organizó un encuentro con panistas en su natal Oaxaca.

Eso está muy bien, a excepción de que la gobernabilidad comienza a verse amenazada por el futurismo, lo que está muy mal. En Puebla llevamos dos semanas de perros. Tan sólo ayer, el asesinato de un alcalde, que por más que trate de venderse como un hecho delincuencial ordinario, en realidad es un problema de gobernabilidad.

Se dice que el homicidio del alcalde de Huehuetlán El Grande fue un robo, como si eso nos tranquilizara a todos y ya no hubiera problema, cuando en realidad es más preocupante que asaltantes con un modus operandi tan sencillo como poner piedras en las carreteras puedan ejecutar a una de las 217 autoridades de la entidad. ¿Son tan fácilmente asesinables nuestros presidentes municipales?

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