Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

La elección de Alejandra Barrales Magdaleno como nueva presidenta nacional del PRD ha significado un revés para el gobernador Rafael Moreno Valle, ya que ha perdido mucha de la influencia –no toda– que tenía en la cúpula perredista, lo cual le restará la capacidad de seguirse ostentando como el principal artífice de una posible alianza entre esta fuerza política de izquierda y el PAN de cara a los comicios locales de 2017 y la contienda presidencial que habrá en un par de años.

Moreno Valle, hasta el último momento –del pasado fin de semana– estuvo empujando la candidatura de Beatriz Mojica, quien es parte fundamental de la corriente de los Chuchos o Nueva Izquierda, que es la facción apostada totalmente a que el PRD sea una parte fundamental de la construcción electoral del PAN.

Al final Mojica quedó como secretaria general del PRD y se le considera que será una operadora a favor de los intereses de Moreno Valle, quien se ha convertido en el principal aliado de los Chuchos dentro del PAN. Sin embargo, Barrales aparece como un dique muy poderoso en contra de la intervención morenovallista en el instituto del sol azteca.

Hasta hace unos días, Moreno Valle estuvo haciendo activismo ante panistas de Yucatán, que es uno de los principales bastiones del PAN más tradicional. Ahí el mandatario poblano todo el tiempo destacó que la única ruta viable para el albiazul es hacer alianzas electorales, perfilando al PRD como la principal fuerza con la que se pueden construir proyectos fuertes.

Ese activismo de Moreno Valle estaba cimentado en la expectativa de que si los Chuchos lograban nuevamente el control del PRD, entonces caminaría sin tropiezos un proyecto de alianza perredista con el PAN para intentar ganar la presidencia de la República y para contener el crecimiento electoral de Andrés Manuel López Obrador.

No está cerrada la vía para que el PRD de nueva cuenta acabe siendo el patiño electoral del PAN, tal como pasó en Puebla y otros estados del país.

Por eso el fin de semana el líder de los senadores perredistas Luis Miguel Barbosa Huerta advirtió que con el triunfo de Barrales se corre el riesgo de que el PRD acabe siendo un satélite del PAN.

No obstante el arribo de Barrales dificulta las cosas al PAN y a Moreno Valle en la idea de sumar al PRD en futuros proyectos electorales, luego de que los perredistas poblanos lograron librarse del autoritarismo morenovallista en este año.

¿Por qué Barrales es un piedra en el camino para Moreno Valle? Por lo menos se identifican tres razones de peso:

Primera: la ex azafata Barrales llega a la dirigencia del PRD de la mano, bajo la tutela, de Miguel Ángel Mancera, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien sin ser perredista se ha vuelto en un cacique de ese partido, como parte de la crisis de identidad partidista que se vive en México.

El objetivo de Mancera es tener el control de la cúpula del PRD para construir su propio proyecto de ser candidato presidencial en el año 2018. Algo que se antoja catastrófico por el mediocre y autoritario gobierno que encabeza en la capital del país, en donde sus índices de popularidad –con sobradas razones– se han desplomado.

Más allá de que funcione o no su intentona de ser aspirante presidencial, con Mancera hay que tener presente que ha sido un político más cercano a hacer alianzas, a tender acuerdos y entendimientos con el PRI, que con el PAN. De hecho la oposición más furibunda que enfrenta en la Ciudad de México proviene del bloque de panistas ultra conservadores y no de las huestes priistas.

Dicho de otra manera, Mancera es más cercano al presidente Enrique Peña Nieto y más alejado de Rafael Moreno Valle.

Mancera también podría optar por no ser candidato presidencial, pero si buscaría encabezar las negociaciones de alianzas electorales del PRD, por medio de Barrales. Y si lo hace con el PAN, tal situación significaría desplazar a los Chuchos de esa labor, es decir de los perredistas morenovallistas.

Segunda: Barrales se ha dicho dispuesta a negociar alianzas electorales. Lo interesante es que no está planteando el buscar al PAN como una prioridad, sino intentar desplegar un dialogo y posibles acuerdos con las izquierdas, que incluye a Morena y Andrés Manuel López Obrador. El albiazul quedaría como una segunda opción.

Es una exigencia que le plantearon las diversas corrientes perredistas que le dieron el aval para llegar a la presidencia del partido.

Tercera: un personaje clave para que se construyera el conjunto de alianzas que permitieron a Barrales ganar por una mayoría abrumadora la elección interna del PRD fue Héctor Bautista, el líder de la tribu Alternativa Democrática Nacional (ADN).

Y quien pertenece a ADN y es un personaje de todas las confianzas de Héctor Bautista es Roxana Luna Porquillo, la ex candidata a la gubernatura y uno de las más importantes opositoras al gobierno autoritario de Moreno Valle Rosas.

Bautista ha intervenido por lo menos un par de ocasiones para evitar que el gobierno morenovallista aumentara su escala de violencia contra Roxana Luna, su familia y los miembros de los movimientos sociales que encabeza.

Ahora Bautista tendrá influencia para buscar que Barrales esté enterada de los atropellos que en Puebla se cometen contra la dirigencia perredista de Socorro Quezada Tiempo por parte del grupo político morenovallista.

 

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/07/19/266336/

 

 

 

 

 

 

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...