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Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente
 
 
 
En una breve y rápida reunión –realizada en un céntrico hotel– se sentaron en la misma mesa Juan Manuel Vega Rayet y Enrique Doger Guerrero, ambos delegados federales en Puebla. No se dejaron fotografiar mucho y no dieron declaraciones, pero se especula que habrían acordado unir fuerzas para impulsar la renovación del PRI estatal, como condición básica para reconstruir el partido y darle competitividad electoral de cara a la sucesión del año 2018.
 
Más allá de que esa haya sido o no la causa de ese encuentro, es relevante que ambos se sienten a discutir el rumbo del PRI por tres razones:
 
Primero: se sabe que entre ambos existe un acuerdo para ir juntos a la próxima contienda por la gubernatura –que habrá de renovarse en dos años y dos meses–, y buscar que algunos de ellos sea el candidato y el otro controle el PRI, como una manera de construir un proyecto sólido que permita derrotar al morenovallismo, luego de que el tricolor fue vapuleado en los tres últimos procesos electorales locales.
 
Segundo: Doger y Vega son los priistas menos afectados, los menos golpeados, por la derrota del pasado 5 de julio. Los dos conservan más fortalezas que debilidades.
 
Vega Rayet es el delegado federal con más presencia, poder, buena imagen y mejor calificado. Por eso resulta incómodo para el morenovallismo. Su labor al frente de la Sedesol fue uno de los motores para obtener muchos miles de votos a favor del PRI en los pasados comicios.
 
Doger Guerrero es el priista más popular atrás de Blanca Alcalá. Está enemistado con muchos líderes del PRI, pero es una figura con mucha presencia en el electorado no priista, que es donde el tricolor no logra penetrar y no puede revertir su mala fama. En la última contienda el antipriismo fue el lastre que no le permitió crecer a la abanderada tricolor, Blanca Alcalá Ruiz.
 
Tercero: Juan Manuel Vega Rayet es uno de los pocos priistas con acceso directo al presidente Enrique Peña Nieto y Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación y probable presidente del PRI, en caso de que haya reformas al gabinete federal.
 
El actual delegado federal de la Sedesol entabló amistad con Peña Nieto cuando el primero era diputado federal y el segundo legislador local del estado de México, y ambos coincidieron en la construcción y desarrollo de una asociación que agrupaba a los legisladores priistas del país.
 
Enrique Doger y Juan Manuel Vega Rayet han creado un frente que no puede ser soslayado en el PRI, si es que en ese partido existe un verdadero proyecto para buscar recuperar el poder político de Puebla.
 
Sin embargo, la alianza Doger y Vega, y todas las demás que existen en el PRI, no van a lograr nada mientras no se piense por encima de los intereses de facciones y se le dote al partido de un carácter de verdadera y seria capacidad de ser una fuerza opositora al morenovallismo.
 
El tricolor solamente cuestiona al gobernador Rafael Moreno Valle Rosas en procesos electorales. Cuando no hay comicios sus diputados, alcaldes, líderes de grupo y muchos delegados federales se vuelven colaboracionistas del titular del Poder Ejecutivo. Eso es darle la espalda a la ciudadanía.
 
Mientras esa conducta continúe, el PRI seguirá siendo un partido postrado, alejado de los sectores críticos de la sociedad y registrando una caída libre en su índice de voto duro.
 
El reto de cualquier priista que ya esté pensando en la contienda de 2018 es que se vea, se comporte y piense como verdadero opositor al morenovallismo.
 
Y por ahora no se ve a ningún priista con esas agallas.
 
Todos actúan como perritos mojados cuando se trata de encarar los abusos del grupo político del señor gobernador.
 
 
 
 
 
 
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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...