Por Gustavo Santín
Elaboran las leyes a conveniencia de organismos internacionales y después exigen que los afectados cumplan con el marco que establece la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Niegan por más de 365 días establecer un diálogo, como lo demandara la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y responden que no platicarían mientras los mandantes no aceptasen los postulados de la reforma educativa.
Les señalan que cuando lo hiciesen, sería para transmitirles la postura irreductible de Aurelio Nuño Mayer, encargado del despacho educativo de una administración que fenece, so pretexto de que la CNTE pretende abrogar la aplicación de una ley que condiciona el ejercicio de los derechos laborales adquiridos.
Condenan el uso de la violencia “como vía para obtener objetivos políticos” pero ignoran que ante la cerrazón de las autoridades, a la coordinadora y a sus aliados, no les queda otro camino que la protesta social.
Reprimen violentamente manifestaciones que encabezan maestros y maestras afines al movimiento disidente, asesinan a manifestantes que participaban en un bloqueo en Nochixtlán, Oaxaca y encarcelan a dirigentes vinculados con el movimiento, corren –despiden “sin responsabilidad de la autoridad educativa”– y aplican descuentos al personal docente que participa en las protestas y luego se quejan porque la CNTE establece acuerdos políticos con grupos de la sociedad civil -a los que señalan como guerrilleros-, con el partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), y con fracciones cada día más importantes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quienes se salen del carril y abandonan en los hechos al vergonzante Pacto por México, origen de todos los agravios que sufre el pueblo mexicano.
Por si fuera nimio, mientras que Miguel Ángel Osorio Chong entretiene a dirigentes de la CNTE esperando que concluya el ciclo escolar, tras la farsa de diálogo, Nuño se empecina en su postura y “ordena” que otros funcionarios anuncien que en Guerrero serán más de mil docentes los despedidos por participar en los movimientos de protesta. Se conduelen (Mexicanos Primero) por los asesinatos atribuidos a la policía federal en contra de civiles desarmados en Oaxaca, sin embargo, bajo el garlito del “interés superior de los niños”, promueven una campaña permanente de odio para desacreditar al magisterio nacional.
Sin embargo, la reforma va a caer tal como lo corearan el domingo 26 de junio, los varios miles de mexicanos y mexicanas que acudieron a la marcha convocada por Andrés Manuel López Obrador en apoyo a maestros, maestras y a la CNTE, y va a caer, simple y llanamente porque, como tal, como reforma educativa, a tan sólo ciclo escolar y medio (2016-2017 y 2017-2018) de que concluya el encargo gubernamental, no ha publicado ni el nuevo modelo educativo, largamente anunciado, ni los nuevos planes y programas de educación básica, media superior y normal, cuestión que originaría que la capacitación el personal docente quedara postergada indefinidamente.
Tampoco cumplirá con la inclusión educativa a favor de niños y niñas de los pueblos originarios, de las comunidades rurales y de las zonas suburbanas, uno de los ejes propagandizados, quienes carecen del personal docente requerido, de las instalaciones, alimentación, talleres, laboratorios, acceso a computadoras e internet indispensables para tener un servicio educativo equitativo al que reciben sus pares citadinos.
Mientras que la inversión en espacios educativos, a pesar de la deuda contratada y de que las entidades pagarán en 20 años con cargo al 25 por ciento de los recursos del Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM), se concentraría en instituciones urbanas que cuentan con un gran número de estudiantes.
El programa Escuelas al Centro fracasa ante la enorme carga burocrática impuesta, por autoridades educativas a través de las supervisiones escolares, al personal docente y al personal administrativo de las instituciones en comento. Los cuales tienen, por ejemplo, que ejercer el control corporativo de las sociedades de padres de familia convocándolos, organizándolos, llenando los formatos que les requieren las direcciones de los diferentes niveles, recaudar la cooperaciones en monetario que mantengan a “los supervisores”; pues la dependencia no les otorga presupuesto para trabajar y ni siquiera les proporciona hojas para copias. El trabajo colegiado, salvo en escuelas que utilizan un proyecto educativo alternativo, se realiza sólo en las sesiones de los consejos técnicos y en los de participación social para cubrir el trámite burocrático.
Se va a caer, porque a éstas alturas del partido, la reforma educativa del régimen, ha centrado su éxito en las evaluaciones de permanencia, para que cuando sean calificados como “idóneos” obtengan contratos por tiempo determinado -cuatro años- y porque, mediante éste mecanismo, perderían los derechos laborales adquiridos y su “plaza de base”, violando con la complicidad de la corte, lo dispuesto en el artículo 14 de la Constitución (A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna).
Se va a caer, porque como antaño pero ahora bajo el concepto “autonomía de gestión” se incrementa el sostén del gasto corriente y de inversión de las escuelas con cargo a las madres y padres de familia, pues incluso las que tienen alguna “ayuda” gubernamental, como las escuelas de tiempo completo y las escuelas de calidad, requieren de las “aportaciones voluntarias” que forzosamente deben dar los tutores de las niñas y de los niños, para sobrevivir con cierta dignidad.
Se va a caer, porque los esfuerzos de Nuño se centran en lo que considera una tarea inmediata, controlar al magisterio nacional mediante las evaluaciones de permanencia, dejando de lado lo que en realidad tendría que ser lo importante: definir un modelo y un proyecto educativo acorde a la realidad nacional, que considere diferencias y similitudes, contextualizado y regionalizado, que abone en favor de quienes más lo requieren. Se va a caer, porque la reforma educativa es tan solo una reforma laboral injusta.
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