Arturo Rueda/Tiempos de Nigromante/Diario Cambio
¿Con qué cara quiere ser Pepe Chedraui el próximo candidato del PRI a la alcaldía de Puebla capital en 2018 si, desde su dirigencia municipal, es responsable de la peor votación para el tricolor en los últimos dieciocho años? Nadie lo sabe, pero deberían explicárselo. Si el partido ha sufrido un desplome a nivel estatal de su voto duro, en la Angelópolis es todavía más dramático: prácticamente el PRI se dirige al tercer lugar en la próxima contienda electoral.
Sumando la votación que Blanca Alcalá recibió en los siete distritos de la capital, la candidata obtuvo 134 mil votos, la cifra más baja en los últimos 18 años. Ni siquiera Carlos Julián en 2001, cuando perdió frente a Luis Paredes Moctezuma, recibió tan pocos votos.
Pepe Chedraui podría echarle la culpa a su candidata, ya que Puebla capital es su Waterloo. Definitivamente, la ciudad que gobernó en el trienio 2008-2011 no quiere saber de ella, ni está dispuesta a apoyarla para llegar a otro cargo. Cuando fue electa como jefa del Charlie Hall, Blanca Alcalá obtuvo 224 mil votos, cantidad que bajó a 180 mil cuando buscó el Senado. Ahora, como candidata a la gubernatura, se desplomó a 134 mil votos.
Al contrario de Blanca, Gali sí pudo sostener el nivel de votación con el que fue electo alcalde, dado que en 2013 obtuvo 254 mil votos y ahora, como candidato a gobernador sumó 239 mil. Es decir, mientras el morenovallista sólo perdió 15 mil votos, la priista restó 90 mil, respecto de los que tuvo cuando fue electa presidenta municipal.
El peso de Puebla capital, sin embargo, se vuelve más relativo mientras hay menos participación. Aunque no en los siete distritos es uniforme, el promedio de abstencionismo es de 60 por ciento, prácticamente el mismo del 2015. Y ni siquiera así el tricolor es competitivo.
Pese a las ruinas del PRI municipal, Pepe Chedraui cree que su partido todavía puede ser competitivo en la capital y por eso movió cielo, mar y tierra para desplazar a Víctor Giorgana de la coordinación en la Angelópolis. Blanca hizo caso a las presiones y desplazó al único priista que puede cantar victorias en esta etapa tan oscura del partidazo.
No sorprende entonces que Pepe Chedraui sea uno de los que expresan su apoyo a Estefan para continuar como líder del PRI. Es evidente que ambos, uno a nivel estatal y otro a nivel municipal, deberían entregar sus cargos si existiera una cultura de la dimisión. Pero mientras que Estefan ya fue señalado por Vega Rayet, todavía nadie toca a Chedraui, simple y sencillamente porque nadie quiere tomar las riendas del priismo capitalino. No hay figuras emergentes.
El problema no es solamente hacia arriba —están a 100 mil votos de diferencia del PAN— sino también hacia abajo, toda vez que es evidente que Morena amenaza con mandarlos al tercer lugar en 2018. El partido de López Obrador sumó casi 66 mil votos, prácticamente los mismos que en las federales de 2015, por lo que ya puede considerarse su voto duro. Con eso parte para 2018, a 68 mil votos del tricolor. Bastará que incremente la participación para que empate y luego los rebase.
¿Quiénes son los héroes priistas que buscarán presidir el Charlie Hall en 2018 además de Pepe Chedraui y Víctor Giorgana? ¿Cómo harán para elevar esos 134 mil que obtuvo Blanca y poder ser competitivos frente a Jorge Aguilar Chedraui?
Suena doloroso, pero el PRI poblano padece el trabajo de Eduardo Rivera Pérez y el propio Gali, por lo que ahora Luis Banck tendrá el reto de mantener el mismo nivel de apoyo hacia el PAN, y quizá, el mismo convertirse en el candidato albiazul en 2018 para retener la presidencia municipal que ahora ostenta. Parece cantado que su rival interno va a ser Jorge Aguilar Chedraui, responsable de la operación que llevó a Gali a obtener 239 mil votos.
¿Pepe Chedraui contra Luis Banck? Seguro lo arrasan en 2018 y probablemente Giorgana daría más batalla. ¿No hay otras figuras emergentes? ¿Ningún joven va a alzar la mano? ¿Nadie tiene un proyecto alternativo para revivir al PRI?
Para nayor información:http://www.diariocambio.com.mx/2016/opinion/tiempos-del-nigromante/item/15629-puebla-capital-no-es-el-waterloo-de-blanca-sino-del-pri-para-2018
