Por Guillermo Alberto Hidalgo Montes

Hace un par de días, el líder ícono del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera “el Chapo Guzmán” fue reubicado en secrecía absoluta del penal del Altiplano al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) número 9, ubicado a solo 33 kilómetros de la frontera con El Paso, Texas.

Esta maniobra ha puesto en jaque a las autoridades en todos los niveles, hay quienes dicen que se debe a que se realizan obras de seguridad en la prisión del Altiplano, donde ha permanecido el narcotraficante desde su reaprehensión en enero de este año y otras voces que señalan que tiene que ver con el procedimiento concerniente a su extradición a Estados Unidos.

La verdad es que cualquiera que sea el motivo, no pudieron escoger peor lugar para mandarlo (si es que no quieren que se fugue o que lo maten), esto debido a que el centro penitenciario ubicado en Ciudad Juárez, Chihuahua, fue el peor calificado del país por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en 2015, con tan solo 6.63 sobre 10 puntos.

Las causas principales son el hacinamiento, la sobrepoblación (el penal estaba diseñando para 848 internos y cuenta con 1150, 35% más de lo recomendado) y las fallas en la imposición de sanciones, así como deficiencias en los servicios de salud para los internos, de acuerdo con un reporte del organismo.

Pero no se alarmen, (que no cunda el pánico) ya que el lugar presentó mejoras el año pasado, comparado con 2014 —cuando consiguió una calificación de 5.53—, de acuerdo con los datos arrojados por el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria realizado anualmente por la CNDH (ya ven, pudo haber sido peor) y ya como para empeorar ya tan dramático panorama, lo enviaron donde se encuentran la mayoría de sus enemigos de cárteles rivales, generando esto una situación aún más compleja y peligrosa para internos y funcionarios que ahí se encuentran.

Ahora ¿Por qué ha tardado el proceso de extradición? La verdad es que al momento de su recaptura, por parte de Guzmán Loera, se formó un equipo legal que comenzó a negociar las condiciones de la extradición del capo en Estados Unidos y por eso hubo una lluvia de amparos para detener el proceso lo más posible.

Tengo una curiosidad mal sana, casi morbosa, de saber qué es lo que dirá Joaquín Guzmán Loera a las autoridades norteamericanas, en este punto del juego hay muchas cabezas en juego de políticos, funcionarios y empresarios en ambos lados de la frontera.

También me llama la atención como el Estado Mexicano ha abatido a capos como Ignacio “Nacho” Coronel (ex socio de el Chapo) en una operación donde estaba el y su escolta, pero se decide abatirlo y no se hace así con Guzmán Loera después de un enfrentamiento que dejó varios muertos en la operación “Cisne Negro”, quizá el paralelismo perfecto sea la operación “Lanza de Neptuno” donde muere el entonces líder de Al Qaeda Osama Bin Laden, donde se optó por su abatimiento, en vez que por su detención (supongo que por temor a lo que pudiese declara este en un tribunal Internacional).

Si el “Chapo Guzmán” sale vivo de esta o no se fuga (otra vez), su extradición es inminente, pero el resultado incierto, ¿negociará con las autoridades norteamericanas? ¿Se acogerá al programa de testigos protegidos?… no sé lo que vaya a pasar, lo que si sé es que existen muchas personas sudando la “gota gorda” de lo que pueda decir este capo que se mantuvo en los titulares por cerca de 6 sexenios…

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...