Por Diana Juárez
El INAH descubrió en la Plaza de la Luna, en Teotihuacán, fosas con estelas lisas (monumento sobre el suelo) de piedra verde y, un código que se elaboraba en las primeras fases de la urbe hace mil 900 años; el material con están hechas podría provenir de Puebla.
Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) exploran por primera vez las entrañas de la Plaza de la Luna: “Nos encontramos frente a un nuevo ombligo de la ciudad, frente a un nuevo centro cósmico“, informó Verónica Ortega Cabrera, directora del proyecto de investigación.
Desde una vista aérea, podría simular un paisaje lunar repleto de cráteres: fosas en cuyo interior se hallan estelas lisas de piedra verde, conductos que marcan al centro de este espacio los rumbos del universo y una serie de horadaciones –marcas lexicográficas– que contenían cantos de río, elaborados hace mil 900 años.
La especialista aseveró que las excavaciones se han enfocado frente al Edificio Adosado de la Pirámide de la Luna, en la llamada Estructura A, un patio cerrado de 25 metros por lado con 10 pequeños altares dentro de éste.
Investigación concluirá a finales de julio
La investigación arrancó en 2015, con cinco meses de trabajo; este año se retomaron a inicios de abril y concluirán a fines de julio próximo.
El hallazgo de las primeras fosas en el subsuelo de la Estructura A (que contiene varias divisiones internas, formando cinco partes) se suscitó con la excavación de pozos de sondeo para identificar la secuencia constructiva de esta sección de la plaza.
“Cuando hallamos estas fosas y las estelas de piedra verde empezamos a generar la idea de que, efectivamente, fue un espacio con una carga simbólica que une la parte subterránea, el inframundo, con el plano celeste”, detalló.
Hasta el momento se han ubicado cinco estelas completas dentro de fosas, un par de ellas juntas, las cuales varían en alturas y pesos de 1.25 a 1.50 metros, y de los 500 a los 800 kilos.
Es posible que la piedra con que fueron hechas provenga de la región de Puebla, al igual que otra decena de estelas halladas en Teotihuacán.
La investigadora concluyó señalando que este descubrimiento habla de la importancia de la piedra verde y de su vinculación con las deidades acuáticas, pues en la Plaza de la Luna se han encontrado las esculturas más grandes de la diosa de la fertilidad Chalchiuhtlicue, y es probable que el culto en este lugar estuviera íntimamente relacionado con ella.
Fuentes: MasporMas/Huellas
Foto: INAH
