Por Gabriela Xelano y Tania Damián

El costo de la obra en Puebla “se ha duplicado por los moches de al menos 20 por ciento”, pues mientras el precio por metro cuadrado de vialidad elevada en la Ciudad de México va de 13 a 16 mil pesos, en el estado es de 30 mil a 40 mil pesos.

Así lo señaló, la candidata independiente Ana Teresa Aranda Orozco, quien agregó que de los 12 mil a 15 mil millones de pesos que se gastan en infraestructura al año, casi no se consideran a las constructoras poblanas, además de que reiteró que esa inversión no se destina totalmente a las obras, sino también “a los moches”.

Durante la reunión con el Consejo Multidisciplinario de Arquitectos e Ingenieros, la expanista indicó que “Puebla es un ejemplo grotesco de lo que corromper el propósito del ejercicio del poder, ya que no se entiende el por qué en Puebla se han duplicado los costos por metro cuadrado de vialidad elevada”, cuando no es el caso de la Ciudad de México, que cada año se hunde 10 centímetros.

Dejó entrever que hay “componendas” entre funcionarios del gobierno federal y el gobernador Rafael Moreno Valle, al mencionar que varias obras se le han asignado a empresas de Hidalgo, así como mencionó el caso de Higa que construyó el Museo Internacional del Barroco.

 

“Componendas” de RMV con gobierno federal

No se entiende la participación de empresas de Hidalgo si no estuviera presente una elevación increíble de la obra con moches de 20 por ciento (…) la constructora favorita del mandatario federal –Grupo Higa–  también son los constructores del gobernador”.

Aranda Orozco afirmó que las “obras infladas” son porque “detrás del propósito de gobernar (de Moreno Valle), está el propósito personal de un proyecto político de grupo que ha convertido a Puebla en un consorcio empresarial”.

Lamentó que en la inversión “gigantesca”, los constructores poblanos no sean considerados, además de que criticó que el 70 por ciento se quede en la capital poblana, “Angelópolis y Los Fuertes”, lo cual es por falta de planeación, pero “no por incapacidad, sino por el ánimo caprichoso del gobernador que le interesan las obras faraónicas”.

 

1.8 años para dar “golpe de timón”

En otro tenor, Aranda Orozco señaló que el año con ocho meses de la minigubernatura será el tiempo suficiente para “dar un golpe de timón” y reorientar la brújula, ya que “aunque no se podrá resolver problemas de infraestructura u obra pública, sí se podrá hacer lo fundamental”.

Destacó que, en caso de ser gobernadora, regresará el poder al Legislativo y Judicial, pues en su gobierno no los quiere “arrodillados, sino activos”, y a su vez, devolverá a la Comisión para el Acceso a la Información Pública y Datos Personales (CAIP) su posibilidad de ser un verdadero organismo fiscalizador.

Los diputados son los representantes del pueblo, no del ejecutivo del estado (…) al poder judicial no lo queremos para castigar la protesta social… persiguiendo a quienes se atreven a criticar al gobernante, queremos un poder que garantice la seguridad”, precisó.

 

Buscará eliminar PPS

Sobre la posibilidad de continuar trabajando bajo el esquema de Proyectos de Prestación de Servicios (PPS), explicó que serán sujetos a revisión, sin embargo aseguró que quitará la deuda a los poblanos, que estimó hasta en 70 mil millones de pesos,  ya que no puede permitir que las futuras generaciones paguen por los “caprichos del tirano”, y aseguró que se estudiará la posibilidad de cancelar –o pagar antes – las obras a las que “están atadas” las futuras generaciones de Puebla por los próximos 50 años.

“No habrá ley que pueda impedir que el cuarto estado más pobre del país quede sujeto durante 50 años a una deuda”, señaló.

Finalmente, dijo que es importante que un gobierno impulse la participación ciudadana, lo cual –aseguró—no se hace actualmente y agregó que este domingo vendrá el gobernador independiente de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, para apoyar su campaña.

 

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