Jorge Rodríguez Corona /A Puerta Cerrada /El Sol de Puebla
Al margen de los motivos que haya tenido el presidente Enrique Peña Nieto para decir que no a la invitación del gobierno del estado, su inasistencia a la conmemoración por el 154 aniversario de la batalla del 5 de mayo, aquí en Puebla, servirá de aliciente para los priistas que esperan señales del “más allá” para creer que su candidata, Blanca Alcalá Ruiz, no ha sido obsequiada como parte de una inconfesable negociación ni abandonada por el gobierno federal a su suerte.
Voceros de la Presidencia de la República confirmaron que Peña Nieto encabezará una ceremonia militar, alusiva a los hechos de 1862, pero en el Campo Marte de la Ciudad de México.
Eso significa que por segundo año consecutivo no estará en Puebla, ni en el acto cívico que se celebra en el monumento al general Ignacio Zaragoza ni en el desfile.
Los representantes de la Presidencia no explicaron los motivos que llevaron al mandatario a preferir quedarse en la capital del país, pero su ausencia, en caso de no tener vuelta atrás y de terminar por concretarse, servirá a dirigentes y militantes del partido tricolor metidos en la campaña de Alcalá para inyectarse una buena dosis de entusiasmo.
Con razón o sin ella, los colaboradores de la abanderada priista al gobierno del estado le darán una interpretación electoral.
Dirán que Peña Nieto rechazó la invitación del gobernador Rafael Moreno Valle para mandarle un mensaje, y que éste tendrá que ver, de manera invariable, con el proceso de sucesión.
La ausencia del Presidente en los festejos de Puebla era lo que deseaban en el Comité Directivo Estatal del PRI.
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A ver, a quién se le ocurre desplegar una brigada de operadores para repartir propaganda en contra de José Antonio Gali Fayad, candidato del PAN y de la alianza Sigamos Adelante al gobierno del estado, cuando el personaje al que se descalifica se encuentra a unos metros de distancia, en un mitin político, y además, en un municipio gobernado por el partido blanquiazul.
Usted responderá que eso no pasaría por la mente de nadie, a menos, claro, que se tratara de un intento deliberado por generar una confrontación con los integrantes del equipo rival.
Pues resulta que sí hubo un grupo de jóvenes pro priistas al que se le ocurrió hacer eso.
Ayer por la tarde, mientras Gali encabezaba un acto de campaña en Tecamachalco, ocho miembros de la asociación política nacional denominada Factor Ciudadano, que preside Julio Leopoldo de Lara Valera, repartían hojas impresas en las que acusaban al candidato del PAN y al gobernador Moreno Valle de haber endeudado al estado con 70 mil millones de pesos.
El hecho no sorprende puesto que se trata de la guerra por el poder; lo que sí causa asombro es que los simpatizantes tricolores atacaran al candidato en sus narices y frente a su grupo de operadores políticos.
Como era de esperarse, un representante de Gali acusó el suceso ante la policía municipal, que responde a las órdenes del edil panista Inés Saturnino López Ponce, y los brigadistas fueron momentáneamente detenidos.
Diría el clásico, y con mucha razón: ¡pero qué necesidad!
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