Por Redacción
Las universidades deben utilizar indicadores ambientales para medir la efectividad de sus programas enfocados a incrementar su desempeño ambiental y evaluar ahorros generados, señaló Luis Ricardo Morales Juárez, profesor de la BUAP.
Durante el Foro de Sostenibilidad 2016 “¿Medio ambiente o ser humano?”, el académico de la Facultad de Ingeniería Química de la BUAP consideró que de no aplicarse estos indicadores, como punto de partida y medición de los avances de programas ambientales o de sustentabilidad, las propuestas de las instituciones quedarán plasmadas en documentos, sin resultados tangibles.
“Un indicador ambiental es un elemento que describe, analiza y presenta información científicamente sustentada, sobre las condiciones y tendencias ambientales, así como su significado”, explicó.
Las funciones principales de estos parámetros, dijo, “son reducir el número de medidas que normalmente se requieren para ofrecer una presentación lo más cercana posible a la realidad de una situación, además de simplificar los procesos de comunicación”.
Morales Juárez, maestro en Formación Permanente por el Centro Internacional de Prospectiva y Altos Estudios, refirió que los indicadores deben servir como herramientas que den a conocer datos sobre el estado actual del medio ambiente, que sean capaces de evaluar el desempeño de políticas ambientales y comunicar los progresos en la búsqueda de un desarrollo sustentable.
En este sentido, recalcó, es necesario que las universidades mantengan un registro de sus consumos de agua, electricidad, emisión de gases de efecto invernadero y residuos generados, con el fin de tener un manejo adecuado de los mismos.
“Esta acción permitiría la generación de una cultura de sustentabilidad entre la comunidad universitaria, se reducirían las huellas de carbono y representaría un ahorro económico para las instituciones”, afirmó durante su participación en el Foro de Sostenibilidad 2016 ¿Medio ambiente o ser humano?, que culminó este viernes, en la Unidad de Seminarios de Ciudad Universitaria.
Foto: cortesía de la BUAP