Por Álvaro Conrado Pérez Aquino

A lo largo de 80 años, el PRI gobernó como partido hegemónico en el país sin que nada ni nadie le hiciera mella, aunque sí le hacían sombra y, a la hora buena, le entregaban sumisamente los votos tal cual lo habían pactado con anterioridad a las elecciones, los partidos satélites, así llamados; recordemos eran el PT, Partido Socialista del Trabajo, el Partido Popular del Trabajo,  el Frente Cardenista, el Auténtico de la Revolución Mexicana, por citarle los partidos que no alcanzaban a figurar en el ámbito nacional, con aquella presencia de partidos grandes que pudieran contender y hacerse del poder.

Muy por el contrario, su vida dependía de  pre vendas que recibían de los partidos que los cobijaban para que alcanzaran el dos por ciento de la votación nacional y así seguir vivos en el panorama Nacional.

Hoy en día no es tan diferente, vemos cómo el Partido Verde Ecologista de México, luego de presentar una seria opción de gobierno en los comicios de 1997 y 2000, pronto se convirtió en un partido satélite del PRI, y es ahí donde se ha cobijado, abanderando todas y cada una de las propuestas de ese partido político, con tal de sobre vivir. 

Pero el PRI ha sabido cómo tratar a esos partidos y a otros para, de una manera, según él de incluyente ha arropado nuevamente a los disidentes, a aquellos que abandonaron sus filas hace tiempo y nuevamente en el poder de los Pinos, ha puesto en práctica sus mismas normas y métodos de procedimiento, y los personajes, líderes de esos partidos satélite, han accedido por migajas que reciben, es decir, maiceados para levantar la mano a favor del PRI, como muestra clara y contundente tenemos el famoso Pacto por México, que suscribieron el PAN, PRI Y PRD, principalmente y de donde este último partido ha resultado totalmente maniatado, no por nada todos sus dirigentes, salieron de las filas del PRI.

Otros partidos como el Partido del Trabajo, que se considera eminentemente de izquierda, pronto se unió al PRD, obteniendo con ello muchos votos que le allegó Andrés Manuel López Obrador, cuando éste era dirigente del PRD, y luego ante su candidatura a la presidencia de la República, pues el Partido del Trabajo quedó con un gran número de votos a favor; se pelaron con López Obrador, y pronto se unió el PT al PRI, donde ya parece hoy en día totalmente alineado y a río revuelto, pues ganancia de pescadores ya lo reza el dicho popular y por eso, el PRI, sigue adelante.

Así han surgido también otros partidos que buscando alianzas, arrimándose a  los más grandes, logran sobrevivir, pero todo se debe a una partidocracia, que solo vive del presupuesto público y hacen como que conjugan intereses para avanzar en la democracia, cosa totalmente falsa, y veamos que los partidos que han surgido con mucha fuerza en la oposición, no han logrado hacer la diferencia, y entonces surge la decepción de la sociedad, por eso el panorama político de México no augura buenas cosas, más aún cuando es evidente el PRI.,  cada día forma nuevas alianzas con partidos paraestatales, que reciben mucho dinero del Erario Público y que no sirven absolutamente para nada.

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...