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Por Víctor Flores @literatotanatol

Fe y agradecimiento, son algunas de las razones que tienen actores que participan desde hace cinco años en la escenificación número 56 de la Pasión de Cristo en la junta auxiliar Ignacio Romero Vargas, como parte de la Semana Santa.

Pueblo Nuevo como también se le conoce a esa junta auxiliar, se transformó en el Coliseo Mexicano, lugar donde se llevó a cabo la predicción del profeta Juan el Bautista, quien anunciaba la llegada del nuevo salvador.

Ese acto contó con la actuación de José Alfredo Santiago López, de 13 años, y Diego Ángeles Medina, de 15 años, en el papel de esclavos por dos y una ocasión respectivamente. El nerviosismo, la emoción y la curiosidad fueron las responsables de que aquello infantes participaran en la obra “El eterno Redentor”, como parte de las actividades de Semana Santa.

Revivir esta historia que relata la vida y muerte de Jesús de Nazaret, “es una oportunidad para agradecer la salud que obtuve después de la operación del tumor que tenía en la vesícula” comentó Abigail Juárez García, de 16 años, quien lleva 3 años personificando a la madre del creador.

La convivencia se ve reflejada a través de los colores de los juegos mecánicos, de algodón de azúcar en los dientes de los niños, en aquellas nieves que refrescan la calidez de la piel generada por las más de 10 mil personas en el evento.

 

La devoción se plasma en el acto

“La devoción se plasma en el acto” según palabras de Leonardo Zamora, de 28 años, en papel de mongol, quien a 10 años de colaboración recordó que la actuación es la llave para acercar al público “a las cosas de Dios”.

“No podemos olvidar que también es una costumbre, y una tradición” intervino Álvaro Morales, de 32 años, quien revive a un soldado romano, y aunque es su primer año con un traje que le costó 4 mil 500 reemplazó a un familiar, “por vivir ese tipo de experiencias bien vale la pena gastar”.

Por su parte, el apoyo de las autoridades se manifestó por medio de elementos de la Policía Municipal, así como policías de la Academia. Mismos que fomentan el orden para que “todo salga como debe”, dijo el protagonista Jonathan Castillo Hernández.

Con tres años representando a Jesús, explicó que “ser Cristo le ha permitido reflexionar sobre la palabra y las ordenes de Dios, mismo que lo ha bendecido por su actuación con su familia”.

Trascendió que tener el estelar es más “humildad” que “orgullo” porque es un llamado del “celestial”, por lo que invita al público a recordar a las escenas como esperanza, y no sólo teatro.

Finalmente, “las acciones aquí, en la Romero Vargas es para que la población vea que también hay cosas buenas, y no sólo somos el foco rojo de Puebla” explicó una mujer de la comunidad, y quien acompañaba Castillo Hernández, misma que solicitó la gracia del anonimato.

 

Foto: EsImagen

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