Por Álvaro Conrado Pérez Aquino
Son muchos los daños que causan los atentados terroristas en el mundo; Bruselas, Bélgica, ha sido la víctima más reciente, el pasado lunes por la tarde, cuando eran las 15 horas allá, dos explosiones causaron pánico, destrucción y muerte entre otros males, a los pasajeros en tránsito y empleados del aeropuerto de Bruselas, así como en una de las estaciones del metro de la misma ciudad. Los terroristas serían un grupo Islámico que se atribuye la destrucción y que orgullosamente lo pregona, mientras el mundo lamenta, a la vez que enérgicamente protesta y condena los hechos.
34 muertos y 200 heridos, el saldo lamentable de la integridad corporal de las víctimas, amén de los daños materiales que pueden ser reparables. Pero aun cuando las voces de los dirigentes políticos en todo el mundo se suman a la condena, éstas no son suficiente para erradicar este mal; el mismo solo era admisible en el Medio Oriente hace algunas décadas, pero hoy en día se ha propagado por el mundo, según los intereses económicos de los grupos subversivos y quienes se arrogan defensas que no pueden abanderar, terrorismo, miedo y destrucción, causados tan sólo por sobresalir.
Dicen los que saben que la posibilidad que una persona pierda la vida en un atentado terrorista en realidad es pequeña. En el año 2014, los atentados causaron la muerte de 32000 personas en el mundo, pero es en realidad una cifra alta en relación a la proporción en que se considera el aumento de actos de esta naturaleza, pues representa el 80%, sobre los 18000 fallecidos en 2013, y los comparan con las muertes por accidentes en carreteras que en el año de 2013, fueron 1.25 millones; en ese sentido, se podría pensar que causan más pánico, miedo y temor las muertes en carretera, pero no es así, el miedo y el pánico que causan los atentados terroristas son mayores. Mismo efectos que el hombre siente previo a los atentados, y no cuando han sucedido como pasa en las muertes por accidente en carreteras.
Por esto, los gobiernos del mundo y, principalmente, de las naciones más poderosas, han implementado programas de seguridad, movimientos millonarios en su presupuesto, que cuenta muchísimo al pueblo, dinero que podría destinarse al progreso en diversos rubros de esas mismas naciones. Además, esto se traduce en la pérdida de garantías individuales de los ciudadanos, usted cuando tiene que viajar, pierde tiempo demás en los aeropuertos, pasa revisiones vergonzosas, se despoja de ropa, enseres y otras cosas, contesta a interrogatorios inusuales, y es desviado adrede del camino directo para abordar, consecuentemente sí es en beneficio de las personas, implica su seguridad, pero no deja de ser molesto y violatorio de garantías.
No podemos más que amén de todo ello, también condenar los atentados cobardes del terrorismo, que va encaminado a personas inocentes, que es sólo por causar terror, infringir miedo y obediencia controlada por los grupos con radicalismo ideológico y poseedores de una violencia demencial.
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