Por Jesús Manuel Hernández
A ningún morenovallista le gustó el cambio de delegado en la Secretaría de Educación Pública. A José Alarcón Hernández no lo pudo sostener más el gobernador y eso implica que las relaciones con Aurelio Nuño o no son buenas o simplemente son mejores las de Blanca Alcalá.
La posición sin duda es clave en la comunicación con el magisterio. Los profesores son claves en algunas de las operaciones electorales de Junio.
Para nadie es desconocida la enorme y basta experiencia de José Alarcón en los temas electorales, fue muchas veces el titular, el operador de las mapacherías de su partido.
No se sabe si su salida tendrá origen en su basta experiencia, electoral, no precisamente como funcionario de la SEP, y tampoco si su servicio al morenvallismo pasó por ahí.
El caso es que la llegada de Carlos Barrientos es muestra más de que el liderazgo de Alcalá se manifiesta nuevamente en posiciones claves.
Falta por ver qué tanto le apoyará ahora Rosario Robles en controlar o cesar al delegado de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Lazcano, quien por demás está citar su inexperiencia y protagonismo en la función pública.
Poco favor le hizo el doctor Lazcano en hablar a favor de la candidata del PRI en un escenario público y federal.
Para nadie es desconocida la tensa y fría relación que existió entre Blanca Alcalá siendo Presidenta Municipal de Puebla con el Síndico Lazcano, digamos que más que ayudarla le puso piedras.
Y lo que menos necesita ahora Alcalá es gente como Lazcano.
O por lo menos, así me lo parece.
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