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Arturo Rueda /Tiempos de Nigromante/Diario Cambio

Con la drástica caída en los niveles de producción de la planta Volkswagen, cifrados originalmente en 15 % pero que conforme avanza el año crece hasta un 40 % respecto del total de vehículos armados en 2015, es probable que la economía poblana sufra un retroceso peor al de la crisis mundial del 2009, con la consiguiente pérdida de empleos en la propia armadora y su cadena de proveedurías. Los propios directivos de la planta, así como los de todo el sector automotriz temen hablar al respecto para no destapar más pánico, pero lo cierto es que el impacto del Dieselgate comienza a ser más duro de lo originalmente estimado por los ilusos que a finales del año pregonaban que no iba a “pasar nada”.

Puebla no es responsable de los problemas de la trasnacional alemana, ni de que sus directivos armaran una estafa ambiental por todo el mundo para vender más coches, pero ahora vamos a pagar las consecuencias junto con ellos. Visto de esta forma, el boom que vivió Volkswagen en 2012, cuando alcanzó el récord de 600 mil vehículos armados, fue resultado de las prácticas fraudulentas de sus directivos cuyo objetivo fue vender más vehículos y desplazar a Toyota del liderazgo mundial.

 

Desde ese boom del 2012, la producción de la planta cae y cae. En 2014 la producción fue de 475 mil vehículos y en 2015 de 457 mil vehículos. Para este año, de acuerdo con las cifras internas proporcionadas en el calendario de producción, el sindicato calculó una caída de 15 % en la producción, con la cual sólo se armarían alrededor de 383 mil vehículos. Pero apenas hace una semana el gobernador hizo todavía cálculos más dramáticos: el descenso será de 40 %, por lo que ni siquiera se llegaría a los 300 mil automóviles, la cifra más baja en una década.

 

Los focos rojos se han encendido pese al extremo sigilo en que se mueve la cúpula directiva de Volkswagen de México. Los despidos en la planta hasta ahora han afectado sólo a los empleados temporales, pues el sindicato ha garantizado que los casi 9 mil basificados no cederán sus plazas. Pero la planta ya trabaja en mínimo respecto de los casi 15 mil trabajadores que había en 2012.

 

Si el sector automotriz aporta el 40 % del PIB poblano, y de esa cifra 25 % corresponde a VW y 15% a la cadena de proveedurías, es evidente que las alarmas se han disparado aun cuando el gobierno poblano y los candidatos a la minigubernatura parecen no enterarse de que el problema en la mente de los electores es el económico, con la amenaza de miles de empleos y pérdida de poder adquisitivo. 78 mil empleos directos e indirectos del sector automotriz, probablemente los mejor pagados en la entidad, se encuentran en juego. Y ni Blanca ni Gali se han enterado de los problemas reales de Puebla.

 

Lo advertimos en las páginas de CAMBIO desde que arrancó el Dieselgate: una vez que los autos señalados en la estafa ambiental detectada por las autoridades ambientales de EU involucraban a tres autos armados en la planta poblana —Beetle, Jetta y Golf—, el impacto económico sería brutal. Y ya lo es.

 

Tan sólo en enero del 2016 la caída de producción fue de 42.1 % respecto del mismo mes del año anterior, y la pérdida en el volumen de exportaciones de 33 % en el bimestre. ¿Cuánto falta para que comencemos a ver la oleada de despidos no sólo en la planta, sino en todo la cadena de proveedurías de VW?

 

Los expertos calculan que para el tercer trimestre del año se darán las pérdidas más fuertes. ¿No debería diseñarse un plan de contingencia que privilegie a los empleados y no las ganancias de la trasnacional alemana? ¿Cómo va a protegerse el empleo? Y es que en Estados Unidos las consecuencias durarán mucho tiempo. Por ejemplo, las ventas de VW en el gigante del norte cayeron casi 14 % en el bimestre enero-febrero.

 

Si la economía poblana ha visto apagarse su segunda hélice —el sector automotriz es el más potente en las actividades secundarias—, ahora se entiende la necedad del gobierno morenovallista de diversificar el PIB al invertirle muchísimo al turismo, así como la inesperada noticia del que el sector agropecuario local es el que más creció en todo el país.

 

Si a este escenario de colapso local provocado por Volkswagen se le suma un entorno nacional complicadísimo por la caída de los precios petroleros y el dólar alto, la elección del 2016 va a estar marcada por las preocupaciones económicas de los electores. A ver si Gali y Blanca se van enterando.

 
Para mayor información:http://www.diariocambio.com.mx/2016/opinion/tiempos-del-nigromante/item/6949-el-abismo-economico-provocado-por-vw-ya-llego

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...