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Por Redacción

Rubén Pérez Andrade, uno de los ocho policías estatales de Veracruz detenidos por la desaparición de los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, indicó que los muchachos fueron “asesinados, quemados, molidos y tirados a un río”.

Así lo señaló Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), quien señaló que la información que dio el último estatal aprehendido  ya fue notificada a los familiares de las víctimas –cuatro hombres y una menor de edad– quienes fueron “levantados” porque “se les hicieron sospechosos”.

En entrevista con Carlos Loreto de Mola, el funcionario federal dijo que la declaración de Pérez Andrade es “muy relevante” porque estuvo presente en todos los momentos clave de lo que pasó el 11 de enero.

Recordó que los cinco fueron detenidos por policiales estatales en una gasolinera de Tierra Blanca cuando regresaban de un viaje de vacaciones, lo cual fue captado por cámaras de vídeo ubicadas en esa zona y por un vecino.

“Fueron detenidos “simplemente porque (a los agentes) les parecieron sospechosos”, señaló Campa Cifrián.

Sobre Pérez Andrade, dijo que estaba con el delegado de la Policía estatal en Tierra Blanca, Marcos Conde Hernández, cuando éste fue informado de la detención de los muchachos.

Detalló que los cinco fueron llevados a un segundo lugar –y entregados a “otras personas”– para alejarse de las cámaras de videovigilancia, para luego llevarlos a un tercer punto para interrogarlos; posteriormente se dirigieron al Rancho El Limón, “donde vuelven a interrogarlos; donde los privan de la vida”.

 

Similitud con Ayotzinapa, reconoce

“Conforme la información con la que se cuenta, (los jóvenes) fueron quemados, posteriormente fueron molidos, seguramente en un molino de caña, y fueron tirados a un pequeño río”, señaló.

El subsecretario admitió la similitud de este caso con el de los 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa, quienes desaparecieron el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.

Además, los familiares indicaron que se les dijo que los muchachos fueron ultimados por “venganza”, por lo que el móvil aún es incierto.

Cabe mencionar que las cinco persona volvían el 11 de enero de un viaje de fin de semana cuando fueron interceptados por policías estatales, que aparentemente los entregaron a miembros del crimen organizado.

Sus nombres son Bernardo Benítez Herrera, José Benitez de la O, Mario Arturo Orozco Sánchez, José Alfredo González Díaz y Susana Tapia Garibo.

 

Aseguran que continúa la investigación

En tanto, Enrique Galindo Cevallos, comisionado de la Policía Federal, aseguró que la investigación del caso no se cierra con la confesión del policía de Veracruz.

“Hay todavía una serie de cosas que hay que confirmar, que lo estamos haciendo y que, por tanto, la indagación está en curso”, insistió el funcionario federal, quien se reunió el lunes pasado con familiares de las víctimas.

Acotó que la declaración del octavo estatal fue presentada “de manera literal” a los padres de las víctimas lo que no constituye todavía algo definitivo.

 

Fuentes: 24 horas/Economía hoy/El Sol de México

Foto: Sin embargo

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