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Por Redacción

Estudiantes de la BUAP elaboraron una cartografía para prevenir accidentes, dado que en Puebla existen 41 barrancas, de las que 17 –41 por ciento– son de alta peligrosidad; además de que en las laderas hay población, lo que representa un riesgo.

Un grupo interdisciplinario de la Facultad de Ingeniería de la BUAP instrumentó una serie de metodologías con las cuales identificó los riesgos que representan las barrancas La Pila y Xaltonalt, ubicadas en las colonias Manuel Rivera Anaya y Joaquín Colombres, para los habitantes de las zonas aledañas a estas riberas del nororiente de la ciudad de Puebla.

Al realizar estudios para el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), este grupo estimó que de 1999 al 2013 ocurrieron alrededor de 47 derrumbes en las laderas ubicadas en las sierras del estado.

Al estar ubicadas en relieves geomorfológicos de mucha relevancia –justo en el final del valle aluvial de La Malinche– las colonias Manuel Rivera Anaya y Joaquín Colombres se caracterizan por su suelo abrupto y accidentado con deslaves permanentes.

Por esa razón, y por su alta densidad de población, los investigadores analizaron el área acotada por las riberas de las barrancas La Pila y Xaltonalt.

Tras haber realizado estudios con los que lograron ver por debajo de la superficie terrestre, en aproximadamente 6 metros de profundidad –geofísicos, tomografías y de mecánica de suelos, entre otros– los universitarios de la BUAP identificaron que las edificaciones ubicadas en las riberas sufren en la parte baja y alta fuertes filtraciones de agua, en particular en la época de lluvias.

Además, registraron casos de agrietamientos en las unidades habitacionales y de corrosión en diversas construcciones, los cuales generan severos problemas en las viviendas, comentó Edgar Barona Díaz, académico y miembro de este equipo de investigación, integrado por los profesores Sergio Flores González y Enrique Montiel Piña, adscritos también a la referida unidad académica.

Señaló que los niveles de agua que fluyen por las riveras socavan el suelo, en el cual se han generado derrumbes en casas ubicadas al borde de las barrancas. Esta situación representa un peligro real para quienes viven  a menos de un metro de los canales mencionados.

 

Cartografía, ajustada

De entre sus esfuerzos, destaca la cartografía de la zona, la cual está ajustada a nivel federal, de acuerdo con las Bases para la Estandarización de un Atlas de Riesgos y Catálogo de Datos Geográficos para Representar el Riesgo, emitidas por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), que incluye un mapa base y estudios de inundación, fisiografía, edafología, geología, geomorfología, pendiente de terreno, subprovincia fisiográfica, agrietamiento, deslizamiento, hundimiento y zona de influencia.

Al enlistar los riesgos más relevantes en las edificaciones, como inundaciones o hundimientos de suelos, el especialista universitario subrayó la necesidad de consolidar proyectos como éste, para promover políticas y acciones de alerta, en este caso, para los habitantes de las colonias Manuel Rivera Anaya y Joaquín Colombres, quienes podrían ser afectados, directa e indirectamente, por derrumbes, deslaves, inundaciones y desbordamientos.

 

Ocho pasos para la comprensión del problema

Durante aproximadamente dos años, el Cuerpo Académico Consolidado “Prevención de Desastres y Desarrollo Sustentable”, de la Facultad de Ingeniería de la BUAP, puso en marcha el proyecto “Riesgos presentes en las barrancas La Pila y Xaltonalt, ubicadas en la ciudad de Puebla”, que consta de ocho estudios relacionados con siete disciplinas, y cuya información será presentada en un libro próximo a publicarse.

Tras haber realizado el primero de éstos: el reconocimiento general del objeto de estudio, en el que consideraron el número de cuencas como indicador de peligro hidrológico, los universitarios determinaron que el área con mayor potencial de escurrimiento –para un valor alto a muy alto– se encuentra en el sector nororiente del sistema La Malinche, por ello centraron sus esfuerzos en esa región.

Posteriormente, el equipo universitario realizó tomografías eléctricas de ambas barrancas, para medir la conductividad eléctrica desde la superficie del terreno. Gracias a esta técnica se obtuvo un modelo geoeléctrico bidimensional de ambas riberas.

Enseguida, determinaron cualitativamente, mediante la interpretación geológica y geoeléctrica, la secuencia litoestratigráfica del subsuelo de las barrancas, para proponer un modelo geológico que conceptualizó la información obtenida.

En la cuarta etapa del proyecto, centraron su atención en las prioridades socio-económicas de las ambas colonias, tales como desarrollo humano y económico, y protección del medio ambiente; así sugirieron medidas para mitigar la degradación ambiental.

La quinta fase del proceso consistió en una revisión de las patologías de las viviendas de las colonias en cuestión –como cuarteamientos– ubicadas en las cercanías de las riberas de las barrancas antes mencionadas. Después de este estudio, los investigadores reconocieron el estado crítico en que se encuentra gran parte de los edificios casa-habitación.

En el siguiente estudio se realizó un análisis ingenieril para dictaminar la aparición de grietas en el subsuelo de las colonias Amalucan y Manuel Rivera Anaya, debido a que el fenómeno de aparición de grietas en el subsuelo afecta la parte oriente de estas colonias y representa una amenaza geológica de alto riesgo, porque pone en peligro vidas humanas y bienes materiales.

 

Continuarán estudiando zonas

El séptimo análisis: “Estudio topográfico de las barrancas La Pila y Xaltonalt”, incluye las características del terreno –como la inclinación y su forma– que generalmente no son considerados en proyectos arquitectónicos. Este estudio evita que se desperdicien recursos, optimiza el aprovechamiento del terreno y fortalece la seguridad en esta zona.

Derivado de este estudio, los investigadores propusieron encajonar las aguas y construir avenidas en las orillas de estas barrancas, vialidades que también servirán para aligerar el denso tránsito de automóviles en la zona.

Luego, elaboraron la cartografía estandarizada a nivel federal en el ámbito de riesgos, lo anterior de acuerdo con las Bases para la Estandarización de un Atlas de Riesgos y Catálogo de Datos Geográficos para Representar el Riesgo, emitidas por la Sedatu.

Dado que Puebla se ubica muy cerca del Sistema Neovolcánico Transversal, los científicos advierten que continuarán con este tipo de estudios en zonas que se encuentren en condiciones similares, que aunque extensos y minuciosos por su condición de interdisciplinariedad, son necesarios para que las autoridades competentes detonen acciones de prevención y atención de emergencias, como las concesiones en cuanto a uso del suelo.

 

Foto: Cortesía BUAP

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