Por Rafael Micalco Méndez
Acción Nacional en Puebla enfrenta hoy una complicación interna debido a que la visión unilateral de la política partidista sigue imperando y no ha tenido la capacidad de abrirse a una política integradora que genere factores para el triunfo en la próxima elección, donde se renovará el gobierno del estado.
Hoy, al interior del partido, el militante se encuentra ante una encrucijada ideológica y partidista, hoy existen en los miembros del partido más preguntas que respuestas, incertidumbre y desconfianza ante un panorama que parece adverso. Sin posibilidad de poder opinar o de tomar alguna decisión, teniendo un presente confuso que los divide y enfrenta con quienes caminaron juntos estos últimos años. No existe claridad, ni voces que otorguen certidumbre y rumbo a quienes conforman la membresía que han mantenido sólido al partido.
Una vez ganada la gubernatura, el grupo, que hasta ahora ostenta el poder, inició su curva de fuerza política con una visión unilateral o unipersonal de la política interna en el PAN y en el gobierno, que incluso alcanzó la vida de otros partidos políticos en el estado. Esta curva de poder se encuentra hoy en un punto natural de declive, ante ello, la postura cerrada que continúa, sin duda afecta a todas las instituciones de la sociedad en las que ejerce influencia política y dominio, sin darse cuenta que termina por afectarle de manera negativa y arruinando sus naturales pretensiones como la de permanecer vigente.
Una ambición por la concentración del poder y la toma de decisiones, los ha llevado al extremo de simular unidad sin sustento, la cual no existe y se trata de construir bajo la misma receta: estilo y prácticas que han pasado por encima de los derechos de muchos militantes; la normativa de las instituciones y presuntas violaciones al estado de derecho.
La manipulación voluntaria o involuntaria de algunos de los actores políticos les ha servido para aparentar una cohesión que, con el paso del tiempo y acercándose el proceso electoral, se desmorona dejando al desnudo las carencias de una actuación política que se queda muy lejos de lo que Acción Nacional propone y defiende.
En el caso de las alianzas partidistas logradas en pasadas elecciones, existieron y existen inconformidades de los miembros que son libres en el PAN.
En nuestro instituto político se han llegado a extremos, tal fue el caso de la afiliación corporativa que se hizo, incluso, con la complicidad de autoridades electorales y la instancia nacional responsable de llevar un tema tan importante, para lograr el control de una militancia que fue triplicada en número por “militantes” que responden a los intereses de quienes los controlan; luego vinieron acciones absurdas como el intento de boicot a eventos de convivencia y unidad.
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