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Por Redacción

El 16 por ciento de los mexicanos repatriados presenta algún problema de salud mental como tristeza, ansiedad, dolor de cabeza entre otros, señaló el estudio encabezado por especialistas del tema de migración y enfermedades psiquiátricas.

El estudio “Problemas de salud mental y factores asociados en personas deportadas a través de la frontera internacional en Baja California”, realizado por el Colegio de la Frontera Norte (Colef) y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Inprfm), analizó durante el segundo trimestre de 2013 la prevalencia de los problemas de salud mental de estas personas al momento en que eran deportadas por la frontera norte del país.

Para la investigación utilizaron un cuestionario —validado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) —.

En los tópicos se buscaron 20 indicadores de problemas de depresión y ansiedad, por lo que se preguntó a las personas deportadas si en los últimos 30 días habían tenido dolor de cabeza, pérdida de apetito, insomnio, si se había sentido cansado, triste o desafortunado, si había perdido el interés por las cosas e incluso si habían pensado en quitarse la vida.

Si el entrevistado dijo haber experimentado siete o más de las manifestaciones, se consideró que presentaba un problema de salud mental que requería de atención clínica.

 

Mujeres las más afectadas

El cuestionario realizado en nueve puntos de repatriación en los estados de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Tamaulipas y Sonora detalló que de los mil 618 encuestados, al menos el 40 por ciento presentó dichos problemas; mientras que en el caso de los varones, 12 por ciento presentó esos cuadros.

Letza Bojórquez Chapela, una de las investigadoras del estudio aseguró que  del primer estudio en su tipo.

Los resultados indican que las mujeres son quienes tienden más a estos estados emocionales, pues al ser expulsadas de Estados Unidos dejan lazos familiares que les provocan ansiedad o depresión; aunque no es una situación exclusiva de ellas.

Mientras, ocho por ciento de las encuestadas reconoció haber pensado quitarse la vida; en el caso de los hombres sólo el dos por ciento aceptó haberlo considerado.

Indicó que la encuesta no les permite diferenciar si estas personas presentaban problemas de salud mental previo a la deportación o si los tenían de tiempo atrás.

No obstante, revela que existe un porcentaje considerable de personas que a su regreso a México requieren de atención médica al respecto, por lo que consideró necesario que en los puntos de repatriación haya de personal capacitado para atender la demanda con un modelo de apoyo psicológico en emergencia.

La investigación ya fue publicada en la revista científica Journal of Immigrant and Minority Health y fue presentada en el Congreso Internacional de Salud Pública en el Instituto Nacional de Salud Pública a principios de 2015.

 

Foto: San Diego Red

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