Arturo Rueda/Tiempos de Nigromante/Diario Cambio
Nuestra economía está jodida, y si antes era culpa de los gobiernos nacionalistas irresponsables, ahora siempre es culpa de la globalización. Cualquier estornudo en la parte más recóndita del mundo nos hace destapar los temores perpetuos de la devaluación. Antes fue culpa de la burbuja inmobiliaria de los gringos, luego los griegos populistas, más tarde la guerra de precios petroleros y ahora, la guerra de divisas iniciada por el yuan chino. Total, los mexicanos nunca tenemos paz y el dólar ya superó la barrera de los 18 pesos. ¿Cuántas desgracias económicas nos esperan en 2016? ¿Cuántos van a salir a votar encabronados por la situación económica? ¿A quién le vamos a echar la culpa?
El precio del petróleo baja y baja. Hace un año hubo drama en Hacienda, porque cayó a 40 dólares por barril de los 80 en que anduvo en 2013 y 2014. Ahora, a principios del 2016, anda en 24 dólares, con lo que los ingresos del gobierno federal van a estar por la calle de la amargura, muy lejos de las previsiones contempladas en los criterios económicos del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) que señalaban 50 dólares por barril. Es decir, en este momento, los ingresos del gobierno federal se caen a la mitad de lo que entraba en 2015, y a un cuarto de los que ingresaban en 2014. Se espera una ligera recuperación que lleve al barril de petróleo arriba de los 30 dólares, pero se ve difícil.
Si los ingresos del gobierno se desploman, por pura lógica o se suprimen gastos, o se contrata deuda, o se buscan nuevas fuentes de financiamiento. La primera opción está descartada porque el gobierno, de cualquier color, sabe gastar pero no ahorrar ni apretarse el cinturón. Las medidas más a la mano son contratar más deuda, y sobretodo, sacarle dinero a nosotros los ciudadanos de las formas más creativas. Somos los eternos perjudicados de las medidas dolorosas y de los apretones al cinturón.
Como medida electorera, por ejemplo, casi todos los gobiernos estatales han eliminado el impuesto de la tenencia vehicular, pero han recuperado esos recursos a través de vías novedosas como las fotomultas de las que los poblanos nos hemos quejado amargamente desde que entraron en vigencia en 2013. Aunque se trata de una política pública correcta para frenar abusos en el exceso de velocidad y que disminuye accidentes viales, se critica el objetivo recaudatorio como el impuesto, a través de la empresa poblana Autotraffic, ya que cada fotomulta, de acuerdo al rango de velocidad violado, podía superar los 4 mil pesos.
No es ingenuo pensar que las fotomultas fueron una de las razones por las que el morenovallismo perdió 3 de los 4 distritos en la capital en las elecciones federales. Se trata de una las “acciones que transforman” más criticadas por los poblanos según las encuestas, lo que llevó al gobernador Moreno Valle prácticamente a abrogar el sentido recaudatorio, de cara a las elecciones para gobernador, por lo que ahora cada fotoinfracción costará la módica cantidad de 700 pesos, sin importar el rango de velocidad excedido. Además, la primera saldrá gratis.
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