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Por Juan Carlos Lastiri

Por las funciones que guarda, una de las cosas más importantes de la historia humana ha sido, sin duda, el desarrollo de las ciudades, del espacio que se habita y da sentido al ser.

Desde los primeros hombres sedentarios que buscaron maneras para protegerse de la naturaleza y los peligros que esta guardaba, hasta el desarrollo de una ciudad pensada en la modernidad, como Brasilia, el ser humano se ha agrupado para buscar, en lo que conocemos como sociedad, formas confortables y seguras de vida.

Hasta antes de la revolución industrial, los espacios habitables se habían mantenido con crecimientos que permitían su diseño y desarrollo, el espacio público se privilegiaba y la mezcla de clases permitía un equilibrio social. Pero una vez iniciado el proceso de lo que se conoce como vida moderna, a través de la industrialización y por ende masificación de la producción, las ciudades, los espacios donde se gesta la sociedad y los hombres habitan, empezó a sufrir transformaciones sin control por la aglomeración de personas que migraban del campo a la ciudad para integrarse a los medios de producción. 

Esta relación fue benéfica para muchos visionarios, ya que la concentración de personas era igual a un mercado cautivo que requería bienes y servicios con la sabida relación de que a mayor demanda, mayores precios y mayores ganancias económicas.

Grosso modo podemos decir que este fenómeno se generalizó una vez que se entendió que esta concentración de personas traía beneficios no sólo a la economía por la demanda de bienes, sino que además disminuía costos de producción de bienes, lo que se llama economías de aglomeración, lo que hace más grandes las ganancias al capital.

Pero todo tiene un límite y hasta hace poco se ha señalado que estas concentraciones, lejos de ser tan benéficas, están generando hoy lo que se conoce como deseconomías de escala, que son la contaminación, el tráfico, la inseguridad, etc., y que al final merman la productividad del capital y de la vida de las personas.

Los países más desarrollados han entendido esto y están tratando de adaptar sus ciudades a esta realidad, sin embargo en sociedades como la nuestra, el tema de los espacios urbanos y su impacto en el bienestar económico y social hasta ahora no ha sido de la importancia que merece. Sin embargo, a través de los compromisos adquiridos en la COP21, tal parece que la agenda urbana se dinamiza para impulsar el cambio en el desarrollo de las urbes mexicanas. 

La Sedatu, como la secretaria encargada del Desarrollo Urbano, desde el 3 de diciembre participó en la firma de la alianza global para la construcción en el combate al cambio climático, donde participaron 195 países, más de 80 organizaciones internacionales y líderes en el sector de la construcción y de las edificaciones, en dicho acuerdo, México impulso contemplar los derechos humanos, el enfoque de género, así como garantizar que no se exacerben las desigualdades sociales ni la degradación ambiental. Hoy se deben de adoptar medidas desde un enfoque de un desarrollo urbano incluyente, medidas que permitan la mutación y la actuación frente al cambio climático, toda vez que las ciudades aportan el 30 por ciento de la totalidad de emisiones de gases de efecto invernadero, así como una importante carga para el medio ambiente y los recursos naturales. 

Esto hace que uno de los ejes fundamentales, para el 2016 en materia urbana, tenga que ver con un modelo de ciudades sustentables, en algunas regiones del país, donde podemos destacar a Campeche por el convenio que se tiene con el gobierno Francés para hacer de esta ciudad una sustentable. 

Existe, también, una instrucción muy específica del Presidente de la República de trabajar todo el tema de la resiliencia de la Ley de Asentamientos Urbanos, y desde luego trabajar en una guía de resiliencia, que está directamente vinculada con una cuestión, tanto de gestión de riesgos como de adaptabilidad al tema de  cambio climático, y que sobre todo, menos población, y por supuesto la más vulnerable no sea afectada por los impactos de este cambio climático. El medio ambiente es global, todos tenemos que ver con la sustentabilidad y con incorporarnos plenamente a trabajar en la construcción de las ciudades para mitigar los efectos del cambio climático, para adaptarnos y construir un México resiliente.

 

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7. 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...