Por José Buendía Hegewisch

La fama pública no es potestativa o un plus del cargo público, al menos, en un gobierno democrático que rinde cuentas de sus integrantes. Es condición para ejercer la autoridad.

La matriz del cinismo político es el viejo adagio autoritario de dejar que el tiempo seque el lodo de la cara de una figura controvertida hasta que se caiga. Cuando se desprende, se lleva la imagen que pretendía lavarse. Y eso ocurre con el escándalo político en torno del exvocero del Verde, Arturo Escobar, y su renuncia como subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación.

Quisiéramos pensar que el aire ya no seca la mierda y se abre paso a nuevas reglas contra la impunidad. La Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), esta vez decidió no dejar pasar y actuar contra Escobar por un presunto delito electoral. El viento en el que navega el cinismo es la falta de acción u omisión de las instituciones, sobre todo de justicia. Sin sanción, la rendición de cuentas es retórica, independientemente de que la oposición aplauda el “descontón” al principal aliado del gobierno.

Sí, es un golpe fuerte para los aliados del PRI, en vísperas de 13 elecciones estatales que serán laboratorio de 2018 —me dice un alto funcionario del gabinete—. Siendo así, ¿por qué exponerse con la designación más cuestionada de la administración? ¿Algo ha cambiado en las viejas formas políticas que hasta hace poco, reparaban poco en los costos políticos de un nombramiento o su impacto para el funcionamiento de una institución? El gobierno se aferró al nombramiento, ¿por qué ahora abandonarlo? ¿El Verde electoralmente vale hoy menos y pide más por la alianza? ¿Ajustes internos del socio mayoritario?

La llegada de Escobar a Gobernación levantó la más airada reacción de organizaciones civiles, pero fueron ignoradas. Su argumento era tan simple como rechazar que, en una responsabilidad contra el crimen, la encabece un funcionario señalado de cometer delitos electorales.

En julio de 2009 había sido detenido en Chiapas con 1.1 millones de pesos en una maleta para presuntas operaciones electorales. En 2015, el INE discutió el retiro del registro al Verde por violaciones “graves y sistemáticas” a las normas electorales, que se tradujeron en multas millonarias de 500 millones de pesos. Como su vocero, Escobar estuvo en el centro de la controversia y, ahora, con orden de aprehensión acusado de firmar contratos a proveedores de tarjetas prohibidas tras el escándalo de Monex por una reforma que él votó como legislador.

El cinismo es escudo para encubrir desvergüenza y desfachatez. Sus efectos, veneno para la dignidad de la política y la democracia. Cuando se persigue y castiga, las instituciones vuelven a tener una oportunidad y la sociedad recupera confianza. La acción de la Fepade puede ser histórica si ayuda a mandar el mensaje —como dijo un ministro del Tepjf— de que “todos debemos estar en la regularidad normativa… todos, tribunales, fiscalías tienen que hacer su trabajo”. Aunque de la ciudadanía dependerá que no sea un hecho aislado y realmente cambien las formas de ejercer el poder.

La dimisión de Escobar fue una respuesta correcta. También válido el reclamó de su partido, de respetar la presunción de inocencia. Pero la fuerza de un cargo público no está sólo en una hoja de antecedentes penales, sino en la experiencia, perfil y trayectoria, conocimiento e identificación con los problemas de la comunidad y en esa especie de testimonio de calidad de la fama pública. La experiencia del caso Escobar debe servir para la selección de varios cargos trascendentales en los próximos días, como las vacantes de ministros en la Corte o el Inegi.

Sin duda, el suyo es un golpe que cimbró a la clase política. Es ya un mensaje para los que sientan tener patente de corso para transgredir la ley electoral o cualquier otro acto de corrupción.

 

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...