Por Marco Rovira
 
En 1981 tomó posesión del cargo de gobernador, Guillermo Jiménez Morales, un hombre cercano a las autoridades federales que buscó continuar con la línea de conciliación y negociación con los diversos grupos políticos de Puebla.

Aunque en un inicio su administración no tuvo mayores retos, durante el año de 1983, Jiménez Morales enfrentó un nuevo movimiento social y político de oposición, marcado por un repudio a las políticas económicas del gobierno federal priista después de la nacionalización de la banca, mismo que logró sortear con éxito.

De acuerdo con datos aportados por Roderic Camp y Pedro López Díaz, Guillermo Jiménez Morales nació en 1933 en el  municipio de Huauchinango. Estudió Derecho en la UNAM, donde se recibió como licenciado en 1957. En su carrera política destaca que ha ejercido varios cargos al interior de la estructura del PRI, como delegado general del Centro Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI en Coahuila, San Luis Potosí, Nuevo León y Tamaulipas.

Fue diputado federal por el estado de Puebla en dos ocasiones, entre 1973-1976, así como entre 1979 y 1980, momento en que dejó el cargo para contender por la gubernatura del estado, misma que ganó, ocupando el puesto entre 1981 y 1987. Además de eso, colaboró en el gobierno de Rafael Moreno Valle, donde estuvo al frente de la comisión de Festejos del 5 de Mayo y luego como presidente  de la Junta para el Cuidado de las Instituciones de Beneficencia Privada del estado de Puebla, puesto al que renunció el 12 de agosto de 2014 para volver al CEN del PRI.
 

Tuvo buena relación con la UAP

Jiménez Morales respaldó su gobierno en su buena relación con el expresidente Miguel de la Madrid Hurtado, lo que le ganó un apoyo importante frente a la embestida de algunos grupos políticos en la entidad descontentos con el PRI. Si bien, por un lado, la relación con la izquierda poblana al interior de la UAP (hoy BUAP) se fortaleció gracias a la íntima amistad entre el gobernador y el rector Alfonso Vélez Pliego, no cabe decir lo mismo respecto a un sector de la derecha.

En septiembre de 1982 el gobierno saliente del expresidente José López Portillo nacionalizó los bancos privados del país y estableció un control general de cambios, medidas que exasperaron el descontento de una buena cantidad de empresarios con la política económica del gobierno.

En Puebla, los empresarios más conservadores decidieron unirse al Partido Acción Nacional (PAN) para canalizar sus demandas políticas y su descontento con estas medidas.

En 1983, hubo elecciones en Puebla para elegir algunas autoridades locales, incluyendo al presidente municipal de la capital. Durante esta contienda se presentó el empresario textil Ricardo Villa Escalera como candidato del PAN, quien logró un fuerte apoyo social, posicionándose –de acuerdo al académico Will Pansterns– por encima del candidato oficial del PRI, Jorge Murad Macluf.
 

PAN habría ganado las elecciones

El académico refiere que en noviembre de 1983 se llevaron a cabo los comicios en los que se declaró vencedor a Murad Macluf, lo que fue denunciado por parte del PAN como un fraude electoral, acto al que siguieron intensas manifestaciones populares en la capital poblana en contra del PRI y del gobernador Jiménez Morales.

A pesar de esto, Murad Macluf se impuso como vencedor y el gobierno estatal mantuvo el control de la entidad, fortaleciéndose además en las áreas rurales del estado.

En lo económico, el gobierno de Jiménez Morales desarrolló proyectos en la entidad –sobre todo después de la debacle del PRI en 1983–, en coordinación con autoridades federales y municipales, como la reubicación de una gran cantidad de vendedores ambulantes y locatarios del antiguo mercado La Victoria del centro histórico de Puebla, en mercados creados en diversas colonias de la entidad a las afueras del centro.
 

Crea mercados y central de autobuses

Asimismo, se iniciaron las obras para una nueva central de autobuses en Puebla, una nueva central de abasto, y se invirtieron millones en la restauración del centro colonial poblano.

Respecto a su política social, cabe destacar que Jiménez Morales logró construir bases de poder local colaborando con el movimiento Antorcha Campesina, al cual dio recursos públicos para la construcción de escuelas, hospitales, caminos, tiendas, y diversas obras en comunidades rurales de la Mixteca poblana y la Sierra Norte.

En las posteriores elecciones de la capital, de 1985, y del estado, de 1986, el tricolor logró consolidarse como poder hegemónico en Puebla sin mayores desafíos, en buena medida debido a la política del gobierno de Jiménez Morales que, después del enfrentamiento con la derecha en 1983, tendió a restaurar la autoridad del PRI estatal y federal en Puebla.

 

Foto: Especial