Por Guillermo Alberto Hidalgo Montes
El hoy famoso robo de identidad no es algo nuevo, se ha hecho de forma sistemática a lo largo de toda la historia de la humanidad, los ladrones siempre han encontrado maneras de apropiarse ilegalmente de la información personal mediante engaños (también conocidos como ingeniería social), robando el correo de los buzones e incluso revisando los cestos de basura (en zonas habitacionales o en centros laborales).
Ahora que el robo de identidad se ha trasladado al Internet, los delincuentes pueden engañar a una mayor cantidad de personas, lo que lo hace mucho más rentable, desgraciadamente con la democratización de la tecnología y su uso masivo por la sociedad, ha creado vulnerabilidades que facilitan a los ciberdelincuentes el poder acceder a nuestra información personal.
Los primeros casos de esta modalidad delincuencial ocurrieron en Reino Unido en la década de los 60 y desde entonces estamos en una constante batalla con dos frentes, por un lado estamos los usuarios de sistemas de comunicación digitales y convencionales, y por otro, los delincuentes que hacen hasta lo impensable para apoderarse de nuestra información.
El Robo de Identidad es cualquier clase de fraude que dé como resultado la pérdida de datos personales, como por ejemplo contraseñas, nombres de usuario, información bancaria o números de tarjetas de crédito. El robo de identidad en línea en ocasiones se conoce también como la suplantación de identidad .
Las estafas pueden incluir lo siguiente:
•Mensajes alarmistas y amenazas de cierre de cuentas.
•Promesas de dinero a cambio de poco esfuerzo o sin esfuerzo alguno.
•Negocios que suenan demasiado buenos para ser reales.
•Solicitudes de donaciones a organizaciones de caridad después de noticias sobre alguna catástrofe.
En México, el delito de robo de identidad va en aumento día con día, según datos del Banco de México, nuestro país ocupa el octavo lugar a nivel mundial en este delito; en un 67% de los casos, el robo de identidad se da por la pérdida de documentos, 63% por el robo de carteras y portafolios, y 53% por información tomada directamente de una tarjeta bancaria.
Comúnmente, el delito de robo de identidad se usa de manera ilegal para abrir cuentas de crédito, contratar líneas telefónicas, seguros de vida, realizar compras e incluso, en algunos casos, para el cobro de seguros de salud, vida y pensiones, y desgraciadamente hay ocasiones que cuando la víctima se da cuenta, el delito va muy avanzado generando una pérdida considerable o muchas veces irreparable en el patrimonio del afectado, así como un estado de gran indefensión y angustia.
¿Cómo te pueden robar tu identidad?
•Si no toma las debidas precauciones al realizar compras, pagos de servicios, de impuestos o transacciones bancarias vía internet.
•Robo de teléfonos celulares.
•Si proporciona demasiada información a través de redes sociales.
•En estados de cuenta o documentos personales que tira sin precaución a la basura.
•Robo de correspondencia.
•Robo de carteras o bolsos con tarjetas de crédito e identificaciones.
Algunas recomendaciones para evitar ser víctima de este delito son:
•No ingrese nombres de usuario y contraseñas en sitios desconocidos.
•Evite compartir información financiera.
•Utilice sólo páginas electrónicas que cuenten con certificados de seguridad.
•En caso de extravío de documentos personales presente una denuncia ante la autoridad correspondiente.
•Evite proporcionar datos personales a encuestadores vía telefónica.
•Revise periódicamente tus estados de cuenta para detectar a tiempo cualquier operación irregular.
¿Qué hacer en caso de robo de identidad?
•Contacte a tu Institución Financiera para solicitar la cancelación de sus tarjetas y la emisión de una “alerta de fraude”.
•Cambie las contraseñas o bloquee las cuentas que pudieran estar comprometidas.
•Algunas de las entidades que le pueden apoyar son: Condusef, Profeco y la Policía Federal.
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