Por Redacción

La investigadora del Instituto de Ciencias de la BUAP (Icuap), Beatriz Espinosa Aquino, diseñó un instrumento que reduce la cantidad de agua que se utiliza para retirar el mucílago del café y así disminuir los niveles de contaminación en ríos.

La innovación del “desmucilaginador”, consiste en que la limpia de la cereza del café, hasta llegar al grano, se realiza con tan sólo un litro de agua para un kilo de café y sin causar daño físico, contribuyendo así a reducir la contaminación de ríos en las regiones cafetaleras.

En promedio, las empresas cafetaleras utilizan entre 5 y 8 litros de agua para retirar el mucílago de la semilla de un kilo de café para su producción. El agua empleada no puede ser reutilizada y es vertida a los ríos cercanos, lo que provoca que la fauna y la flora de la zona se contaminen por las altas concentraciones de cafeína.

“Debido a que la cantidad de mucílago que se genera es muy grande, no se puede eliminar manualmente. Por ello, se creó un sistema mecánico que se hace girar con una manivela, el cual está compuesto de dos rodillos de material polimérico, denominado comúnmente neopreno, resistente a la acidez del grano de café”, lo que facilita el limpiado de la semilla, explicó la investigadora del Centro de Agroecología (Cenagro) del Icuap.

Explicó que al introducirse el café a través de los rodillos, que giran uno en sentido de las manecillas del reloj y otro en contra, se ejerce la presión necesaria para retirar con suavidad la cereza, hasta llegar al mucílago sin dañar el grano y dejar sólo el pergamino, que es la capa fina que lo cubre y puede ser retirada en una última etapa con el mínimo uso de agua.

 

Características técnicas

Espinosa Aquino, también maestra en Ciencias Ambientales por la BUAP, detalló que el desmucilaginador está hecho de fierro, tiene un tamaño de 32 centímetros de largo por 18 de alto. Cada uno de los rodillos mide 12 centímetros de largo por 6 de ancho. Funcionan gracias a una palanca que el operador mueve manualmente para retirar el pericarpio (pulpa exterior) y el mesocarpio (pulpa), y llegar al endocarpio (pergamino).

Gracias a su innovación tecnológica, se ha solicitado el registro de la patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), en el área de agroalimentación, con el número MX/a/2012/008341.

Espinosa Aquino dio a conocer que actualmente se trabaja en el laboratorio, donde cada kilo de café se procesa en 25 minutos. Se planea, dijo, llevar esta herramienta a una escala más grande (semi-industrial), para realizar nuevas pruebas y comparaciones de tiempo y cantidad del grano que se limpia en la etapa intermedia, hasta llegar al procesamiento final.

Para concretar esta idea, la académica prevé establecer lazos de colaboración con productores de café de la Sierra Norte de Puebla, con el fin de socializar este proyecto en beneficio del sector.

 

Editado por Ilse Contreras

Foto: Cortesía BUAP