Por Marco Rovira

Después de más de una década de inestabilidad política, en 1975 tomó posesión de la gubernatura poblana Alfredo Toxqui Fernández de Lara, quien sería el primer gobernador en concluir éxitosamente su periodo sexenal desde 1963.

Si bien su administración no se vio exenta de tensiones políticas, su línea conciliadora con los grupos de poder dentro de la entidad consolidó un nuevo equilibrio político que dio estabilidad al estado después de varios años de polarización y enfrentamiento.

Alfredo Toxqui Fernández de Lara nació el 5 de agosto de 1913 en San Pedro Cholula, estudió en instituciones del estado y se recibió como médico el 18 de octubre de 1939. Su carrera comenzó en el área de la salud, desde la cual se vinculó a la política; fue secretario general del Sindicato de Trabajadores del IMSS en el estado de Puebla, diputado federal entre 1963 y 1966, secretario general del Comité Directivo Estatal del PRI en Puebla, senador por Puebla entre 1970 y 1973, y nuevamente para el periodo 1973 a 1976, el cual dejó en 1975 para ocupar la gubernatura del estado, la cual concluyó en 1981. También fue presidente municipal de su natal San Pedro Cholula entre 1993 y 1996, así como embajador de México en Argelia durante la década de 1980.

En lo político, su gobierno se caracterizó por seguir una postura de acercamiento con los grupos de izquierda que anidaban en la Universidad Autónoma de Puebla (hoy BUAP), proceso que se vio reforzado por las políticas federales del expresidente José López Portillo, tendientes a una conciliación con la izquierda mexicana, como la aprobación de una nueva ley electoral y una ley de amnistía para presos políticos.

 

 

Se acercó a la izquierda

En consecuencia, el gobierno de Toxqui Fernández facilitó el reconocimiento del Partido Comunista Mexicano (PCM) en el estado de Puebla, sobre todo al no impedir que este desarrollara sus actividades, lo cual le ganó cierto apoyo de la izquierda poblana, mientras que algunas fuerzas de derecha salieron del PRI, y buscaron posicionarse en otros espacios para incidir en la política local, como el Partido Acción Nacional (PAN), generando un nuevo equilibrio de poderes en la entidad.

En el terreno económico, Puebla siguió el rumbo de la diversificación industrial impulsado desde la década de los sesenta, aunque manteniendo cierto rezago en comparación con otros estados. Según el economista Arnoldo Romo Vázquez, en términos de eficiencia industrial la entidad poblana se mantuvo en un rango medio, por debajo de estados como Baja California, Chihuahua, Aguascalientes, y Michoacán, entre otros. Asimismo, la capital poblana continuó su expansión urbana, iniciada desde la década de 1970. El gobierno de Toxqui Fernández brilló más por su intervención en los problemas políticos que en los económicos.

En el terreno social, el principal aporte de Toxqui Fernández fue su labor de conciliación política y no intervención en movimientos populares. Como ha señalado el académico Will Pansterns, la izquierda poblana comenzó en esos años un proceso de divisiones internas, que la llevarían a una pérdida de poder en la entidad en la década de los ochenta, de la cual no ha logrado recuperarse.

 

Tuvo que ceder con la derecha

Por su parte, la derecha siguió abriéndose nuevos espacios de representación; por ejemplo, en 1976 se estableció en Puebla el primer órgano regional del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de la República Mexicana, el cual dio voz al sector más fuerte de la burguesía nacional y regional.

También, cabe destacar que durante la administración de Toxqui Fernández, la derecha logró presionar con éxito para que el gobierno continuara con la existencia de la Junta de Mejoramiento Moral, Cívico y Material, una organización conservadora creada en la década de 1950, que con fondos públicos financiaba obras materiales y campañas culturales o morales en la entidad.

La administración de Toxqui Fernández también fue impulsora de la cultura local, por ejemplo, con el financiamiento para la elaboración de discos con canciones populares de Puebla.

En 1981, Toxqui Fernández de Lara terminó su sexenio, dejando tras de sí la consolidación de un nuevo orden político que dio estabilidad al estado, marcado por una mayor pluralidad de espacios de poder y actores institucionales en la formulación de la política local.

Para leer los artículos de los exgobernadores anteriores, puede ir a:

Inestabilidad, la constante de las primeras décadas del siglo XX en Puebla

Corrupción y autoritarismo, emblemas del exgobernador Maximino Ávila Camacho

Bautista Castillo continuó con el avilacamachismo; impulsó la cultura

El gobierno de Carlos Betancourt, estancamiento e inicio de la crisis

Familia y poder: el gobierno de Rafael Ávila Camacho en Puebla

El gobierno de Fausto Ortega: el inicio del colapso avilacamachista

Nava Castillo y la represión a los estudiantes; tuvo que renunciar

Aarón Merino Fernández, un exgobernador conciliador; trajo a VW

Gobierno del general Moreno Valle, una administración fallida

Hacia un nuevo orden: el gobierno interino de Guillermo Morales Blumenkron

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...