Por Juan Carlos Lastiri 

Hace unos días, el huracán Patricia ponía a todos los mexicanos, e incluso a otros países, en jaque ante su eventual llegada a nuestro territorio.

El tema no era para menos, según los expertos tanto nacionales como internacionales, este fenómeno natural se presentaba como el de mayor magnitud formado en la historia, por lo que se esperaba que al tocar tierra sus consecuencias fueran de las peores en la historia humana.

En tan sólo 24 horas, este Huracán se mostró como el evento más peligroso en su tipo que azotaría una población humana, sin embargo, al tocar tierra, de forma inesperada como sucede con estos eventos, descendió en mucho su grado de peligrosidad lo que disminuyo también en mucho sus efectos. 

Este escenario fue el mejor que se pudo haber previsto ante los datos que arrojaba la forma en que se desarrollaba este fenómeno, sin embargo esto era imposible de conocerse.

Lo que queda de manifiesto de esta experiencia es que los mexicanos mostraron unidad, organización y capacidad de respuesta ante lo que se veía como un escenario que incluso, pondría en peligro la vida de muchos compatriotas. 

Y esto es algo de lo que todos debemos sentirnos orgullosos porque se actuó exante para minimizar las posibilidades de una tragedia y no solo con acciones físicas, sino con la fuerza y el espíritu de apoyo de todos los mexicanos hacia las posibles entidades afectadas.

Jalisco, Colima y Nayarit eran los tres estados a los que claramente apuntaba el impacto de este huracán, calificado por el Centro Nacional de Huracanes de Miami, que es el centro que monitorea los huracanes de esta parte del hemisferio, como un evento potencialmente catastrófico y extremadamente peligroso. 

En muy pocas horas se formó este fenómeno natural, pero prácticamente, en igual tiempo, se logró poner en alerta a la población; a través de generar una alerta preventiva hacia la población, impulsada desde el Gobierno Federal, los medios de comunicación y la sociedad en general hicieron suya esta alerta y se sumaron a las acciones de prevención y de alertar a toda persona ante la peligrosidad de este huracán; importante el papel que jugaron en esto las redes sociales que propagaron la información de alerta y eso nos permitió, en muy pocas horas, estar conscientes de lo que estábamos por enfrentar. 

Se tiene registro de que a la hora, cuando estaba tocando tierra el huracán, prácticamente en las poblaciones en donde era eminente el impacto de este, la población estaba resguardada.

Se había cerrado toda actividad económica; no había nadie, prácticamente nadie, transitando ya por las calles y se habían atendido las recomendaciones de Protección Civil y, sobre todo, el llamado de alerta. Una vez que paso el impacto, sabemos que los daños dejados por este huracán no fueron de la magnitud, ni de la devastación que eventualmente se esperaba. 

Se han dado muchas posibles explicaciones, si la orografía, si la velocidad, si la altura, pero corresponderá a los expertos y a los científicos determinar qué fue lo que afortunadamente evitó que tuviera este efecto devastador.

Quizá lo único cierto ante este evento es, como la ha señalado el Presidente Peña, que el embate de este huracán convocó a la unidad de todos los mexicanos; cerramos filas, generando una gran energía positiva. 

Hubo, para quienes son creyentes, cadena de oración, rezos, llamados y se puede decir entonces que en buena medida el tener un saldo blanco ante el impacto de este huracán se debe, en mucho, a la fe del pueblo de México, a tener fe en sí mismo y haberse unido todos para convocar a esta fuerza que en mucho evitó este desastre. 

Dice un dicho que la fe mueve montañas, y en nuestro caso lo cierto es que la fortaleza del pueblo mexicano estuvo presente ante lo que aparentaba ser un impacto negativo para nuestra sociedad; y quizá fue esto lo que generó que por un lado, el fenómeno se minimizara y por otro, que sus condiciones también disminuyeran al tocar suelo mexicano.

Ante un mal escenario se demuestra que México unido y organizado es más grande de lo que muchos han imaginado. 

 

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7. 

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...