Por Redacción

Científicos del Instituto de Ciencias de la BUAP (ICUAP) buscan recuperar el valor del maíz nativo mexicano, que en el caso de Puebla están interesados en lograr la certificación de tres variedades, por lo que trabajan en cuatro municipios.

Sonia Emilia Silva Gómez, científica de dicho instituto, explicó que los estudios se hacen en municipios limítrofes de Acatzingo y en Tochimilco, ubicado en las faldas del volcán Popocatépetl, donde consideraron variables del entorno mediante procesos científicos, como análisis de suelo, para sugerir que las variedades de maíz en cuestión no están contaminadas.
 
En la búsqueda de la certificación de estas variedades: un tipo de maíz cacahuazintle opozolero, uno de maíz negro y otro de rojo, encontraron también otras variedades nativas del maíz rojo, negro, morado, azul, blanco y amarillo. A pesar de que este último es difícil de encontrar en el centro de México, los científicos de la BUAP la hallaron en un convento ubicado en el municipio de Calpan.

Silva Gómez informó que en este proyecto analizaron la calidad del agua para riego del río Huitzilac, ubicado en Huilango, Tochimilco, y aplicaron otras metodologías para configurar el paquete de evidencias científicas para sustentar la certificación orgánica de los maíces poblanos.

La antropóloga social, del Departamento Universitario de Desarrollo Sustentable (DUDESU) del ICUAP señaló que han realizado actividades de concientización para hacer partícipes de este proyecto a campesinos y productores, como entrevistas para conocer la percepción de las comunidades sobre la certificación orgánica de los maíces originarios y determinar estrategias para difundir sus ventajas en el desarrollo de sus regiones.

Destacó que en términos generales, los campesinos son quienes han resguardado los recursos naturales de las regiones del país. “Si traslapamos los mapas de las biorregiones de México con el de los pueblos indígenas, se verá que coinciden. Es decir, ellos han sido los guardianes de todo el patrimonio biodiverso de México, por lo que es importante su inclusión”, comentó.

 

La presencia del maíz transgénico o híbrido en México

La doctora en Contaminación Ambiental, por el Colegio de Postgraduados, recordó que derivado del Convenio sobre la Diversidad Biológica, pactado en 1992, en México se firmaron tratados que establecieron las reglas y normativas para la industria de alimentos en el país, los cuales conceden importantes libertades al sector empresarial. Señaló que en esta década comenzó la introducción oficial de transgénicos al país.

En reacción, científicos y académicos, entre ellos universitarios de la BUAP, firmaron un documento en el que se puso de manifiesto los prejuicios que esta nueva reglamentación representa en la salud de los mexicanos, pues ya no sólo se produce maíz híbrido y aquel que reúne información genética de sus variedades, sino que ya se permiten maíces que incluyen una mezcla de genes de esta planta con otros organismos, que incluso no son vegetales, como las bacterias, para dotarlos de propiedades de resistencia, por ejemplo.

La creciente producción de transgénicos e híbridos es resultado del paradigma del postmodernismo y del hedonismo, enfatizó Silva Gómez, para quien estos productos afectan la salud, el medio ambiente y la soberanía alimentaria.

En su opinión, su consumo en general altera el equilibrio de las cadenas tróficas, pues rompe la estructura que la naturaleza ha creado y que ha prevalecido por milenios, lo que causa la desaparición de diversas especies naturales y surgen otras denominadas comúnmente como plagas o malezas. Por consecuencia, también se afecta el equilibrio de las especies animales, pues proliferan los roedores sobre los mamíferos.

Foto: cortesía BUAP

 

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...